USHUAIA, Tierra del Fuego.- Miriam Valdez tiene 58 años y es operaria desde hace 30. Se animó a cortar la violencia de género que sufrió durante años por parte de su pareja para defender a sus hijos. Su trabajo fue su refugio y su fuente de ingresos para poder seguir adelante sola y criar a seis hijos. “No hace falta tener estudios para ser inteligente. Yo tengo la primaria, pero dije basta y busqué ayuda, no quería que mis hijos vivieran esa tortura”.

“Me vine hasta Ushuaia desde el norte del país con un sueño, pero mi vida acá fue una tortura. Me di cuenta de que me había casado con un violento, un golpeador. Tuvimos 3 hijos y supe que no quería eso para ellos. Yo ya venía de una familia con un padre golpeador, así que dije ‘hasta acá llegué'”, cuenta Miriam a LA NACION.
“Mi trabajo me ayudó a crecer como persona y a tener una vida mejor. Y a no depender de un hombre golpeador”, insiste Miriam durante una entrevista con el programa Café de la Tarde, por LN+.
Fuente: La Nación