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Periodista

De lo inevitable a lo esencial

n 2002, Steven Spielberg lo contrató como asesor para ayudar a imaginar el año 2050 para el thriller de ciencia ficción Minority Report . En 2007, dio una charla TED prediciendo los próximos 5000 días de internet; allí habló sobre una experiencia más personalizada y una dependencia de internet, con el aumento de las tecnologías predictivas y la ubicuidad de los teléfonos inteligentes. Mucho antes, en los años ?70, luego de un año de universidad, viajó para explorar Asia y se hizo especialista en cultura oriental. Durante siete años, capturó imágenes de Japón, Corea, Afganistán, Nepal y más. Al regresar a Estados Unidos en 1979, cambió su cámara por una bicicleta y recorrió 8000 kilómetros por todo el país, durmiendo en carpa en los patios traseros de quienes iba conociendo en el camino.

Todo esto y mucho más define a Kevin Kelly, futurólogo estadounidense y considerado uno de los padres de internet por proyectos como WELL, un sistema online pionero lanzado en 1985 y fundador de la principal revista de tecnología del mundo, Wired, hace 25 años. Toda su inmensidad se contraponen con su bajo perfil y modestia. Con un look eterno de los hippies de los 70 y una vida austera, sigue estudiando los cambios tecnológicos para entender sus implicancias en el avance de la humanidad, a lo que ha dedicado 12 libros de divulgación científico tecnológica. En su último libro, Lo inevitable (2017) , Kelly expone sus predicciones sobre cómo la tecnología dará forma a los próximos 30 años, una predicción casi imposible para la mayoría de nosotros, pero no para él.

Kelly tiene una mirada optimista para el futuro, y muestra cómo los cambios que se avecinan, desde la realidad virtual en el hogar hasta una economía bajo demanda y la inteligencia artificial integrada en todo lo que fabricamos, pueden entenderse como el resultado de unas pocas fuerzas aceleradoras a largo plazo. Describe estas tendencias con verbos (fluir, filtrar, acceder, compartir, filtrar, remezclar, rastrear y cuestionar) y demuestra cómo se superponen y son codependientes entre sí. Estas fuerzas, dice, revolucionarán por completo la forma en que compramos, trabajamos, aprendemos y nos comunicamos. Al comprenderlos, será más fácil estar al tanto de la ola de cambios y organizar nuestras relaciones cotidianas con la tecnología.

Esta semana Kelly cumplió 68 años y el regalo lo recibimos nosotros. El fundador de Wired celebró su vida escribiendo 68 máximas, enseñanzas que tuvo a lo largo de su vida y que hoy derrama como una ofrenda a quién tenga la capacidad de absorber lo que él ha descubierto en su camino, lo esencial.

Creo que cada uno de los 68 consejos vale la pena ser enmarcado para tenerlos frente a la compu, para aprender y reflexionar. Pueden encontrarlos todos en su sitio kk.org, pero comparto acá una selección de los 15 que más me dejaron pensando y que me dieron aliento para este tiempo de incertidumbre:

  • Ser entusiasta vale 25 puntos de IQ.
  • Siempre exigí una fecha límite. Una fecha límite te impide tratar de hacerlo perfecto, por lo que debes hacerlo diferente. Diferente es mejor.
  • No tengas miedo de hacer una pregunta que pueda sonar estúpida porque el 99% de las veces todos los demás piensan en la misma pregunta y se avergüenzan de hacerla.
  • Poder escuchar bien es una súper poder. Mientras escuchas a alguien que amas, pregúntale “¿Hay más?”, Hasta que no haya más.
  • Una meta digna para un año es aprender lo suficiente sobre un tema para que no puedas creer lo ignorante que eras un año antes.
  • La gratitud desbloqueará todas las demás virtudes y es algo en lo que puedes mejorar.
  • Los profesionales son solo aficionados que saben cómo recuperarse con gracia de sus errores.
  • No seas el mejor. Se el único.
  • No lo tomes como algo personal cuando alguien te rechaza. Supongamos que son como tú: ocupados, distraídos. Intenta nuevamente más tarde. Es sorprendente la frecuencia con la que funciona un segundo intento.
  • Cuanto más te interesen los demás, más interesantes te encontrarán. Para ser interesante, estar interesado.
  • Si no te estás cayendo de vez en cuando, solo te estás deslizando.
  • Tú eres lo que haces. No es lo que dices, no lo que crees, no cómo votas, sino en qué gastas tu tiempo.
  • Todo lo real comienza con la ficción de lo que podría ser. La imaginación es la fuerza más potente del universo y una habilidad en la que puedes mejorar.
  • Realmente no quieres ser famoso. Lee la biografía de cualquier persona famosa.
  • El universo está conspirando a tus espaldas para que tengas éxito. Esto será mucho más fácil de hacer si aceptas esta pronoia.

Sonido recomendado para leer esta columna: “Once in a lifetime”, Keith Urban

 

Fuente: La Nación

La era remota: cómo nos cambiará la vida después de la pandemia

Hasta febrero, en Argentina se registraba casi un millón de empleados asalariados que trabajaba desde sus casas bajo el régimen de teletrabajo, según datos de Anses. Este número no incluye a los trabajadores monotributistas y autónomos que, juntos, suman unos 3,6 millones de personas más, modalidades en la que el trabajo a distancia es aún mayor.

Pero entonces explotó una pandemia y en pocos días millones de empresas y personas de todo el mundo nos vimos obligadas a aislarnos y a repensar nuestros oficios y profesiones desde casa, muchos por primera vez. La tecnología, expresada en conectividad y comunicación, se hizo indispensable, y una catarata de videollamadas, aulas virtuales y capacitaciones sobre la marcha nos arrojaron adentro de una nueva realidad, porque llamarla normalidad sería subestimar estos tiempos. No, lo que estamos viviendo no es homeoffice . Es vivir una pandemia e intentar trabajar a distancia en el medio. Es cierto que este contexto nos obliga a aprender nuevas maneras de gestionar nuestras horas de trabajo, reconvertir nuestros servicios y hasta repensar cómo y para qué hacemos lo que hacemos.

Para Alejandro Melamed , especialista en recursos humanos y director de Humanize Consulting, la cuarentena está dejando muchos aprendizajes. “Hay empresas que están entendiendo qué tan real era la plasticidad y agilidad que creían tener y la enorme posibilidad que tenemos al trabajar de manera remota, pero que esta requiere pensar cómo hacerlo para que funcione”. Para el especialista, viene un rediseño de muchas propuestas y una aceleración de los procesos de aprendizajes. “Estamos viendo ejemplos de planes que hubieran llevado muchos meses ejecutarse en días. Esto también dejará en evidencia qué estructuras realmente sirven, cuáles aportan valor y cuál es la contribución real que cada uno hace”, dice. Docente de la UBA desde hace 25 años, por primera vez está dando su materia online y celebra la adaptación: “Decenas y decenas de alumnos, junto con la facultad, lo hicieron posible con su flexibilidad, creo que esta modalidad remota dará una gimnasia que se mantendrá en muchos lados pasado este momento”.

Impacto digital

La pandemia está causando heridas profundas en las economías de todo el mundo, con pérdida de empleos y cierre de negocios. Las habilidades más humanas serán variables críticas a la hora de pensar los empleos que prevalecerán, pero también el acceso al lenguaje digital. El conocimiento que este requiere puede perjudicar y aumentar la brecha de inclusión. Leticia Gasca es miembro de los Global Shapers, jóvenes reunidos por el Foro Económico Mundial (WEF) por su contribución a la sociedad. Leticia es fundadora de la organización Shaping the Future of Work y del laborarorio Skills Agility, donde estudia el impacto de la digitalización en la vida laboral. “Es un momento para moldear ese futuro que se impuso. El cambio va a ser proporcional a lo que dure la emergencia sanitaria; por eso, más que pronosticar escenarios, debemos prepararlos. Hay cosas que van a generar un gran cambio, como el teletrabajo”, advierte. Para Gasca, el teletrabajo llegó para quedarse y traerá y quitará oportunidades. “Las personas que estaban más excluidas del sistema, por ejemplo personas con discapacidades, tendrán la posibilidad de acceder a más puestos locales y globales, pero también se verán afectados los perfiles que no se adapten a los cambios digitales, quienes no tengan acceso a la tecnología, y adultos mayores, entre otros”. Otro impacto potencialmente negativo del trabajo a distancia, según Gasca, es lo que se está viendo en varios países del mundo en crecimiento de software de vigilancia sobre los empleados y las vulnerabilidades en software de comunicación. “Se acentuarán nuevos dilemas éticos de privacidad y derecho a la desconexión, entre otros”. Crecerá la relevancia del desarrollo de habilidades relativas a aprender a aprender, comunicarse de manera efectiva a través de los medios sociales, ser ordenado, lograr concentración y trabajar con autonomía.

Matías Woloski es el CTO y cofundador de Auth0, una empresa argentina que provee una plataforma de autenticación y autorización con presencia en 35 países. Más de la mitad de sus 660 empleados trabajan de manera remota desde el primer día y el caso de los desarrolladores de software el porcentaje escala al 80% de los empleados. “Para los que no trabajaban de esta manera es un curso intensivo. Si lo saben aprovechar, van a tener una herramienta más para ellos y para los empleados, porque no hay mejor forma de aprender que haciendo”, dice. Woloski cuenta que, aunque para ellos no fue tan brusco, ahora se suma que la familia está en la casa todo el tiempo, sin ayuda ni poder salir. “Algo que empezamos a hacer es que todas las semanas realizamos actividades recreativas remotas: happy hours, Pictionary, trivias, etcétera. Pero es cansador y hay que ser consciente de la necesidad de desconectarse de todos”, aclara. Para el empresario, el trabajo remoto va a seguir creciendo. “Por ejemplo, en educación, el home schooling va a ser más habitual. Todo lo que sea ventas y call centers también. Hay que bregar por una filosofía del trabajo remoto donde la autonomía, confianza y responsabilidad sean la base de todos los acuerdos”, dice. Por otro lado, una de las cosas que no están del todo resueltas aún es el agotamiento por conexiones a través de videoconferencias. “Mirar a la cara de otro de cerca tanto tiempo, la sobrecarga de lenguaje no verbal, el multitasking , ver tu propia cara muy seguido. Son cosas que no pasan en una reunión en espacio físico. Creo que hay mucho por innovar, con realidad aumentada y realidad virtual, hasta el uso de avatares tipo facemojis, por ejemplo”, aventura Woloski.

¿Hay algo en la historia de la humanidad y las pandemias que pueda darnos alguna pista de si nuestras relaciones laborales pueden cambiar después de esto? Algunos historiadores sostienen que el descenso de población del siglo XIV, que se produjo en parte por la epidemia de peste bubónica, llevó a que se valorice la mano de obra de los campesinos en algunos países como Inglaterra. “Los que sobrevivieron podían negociar mejor la venta de su fuerza de trabajo por la escasez de mano de obra, y eso debilitó las relaciones de servidumbre. Me parece un poco difícil de extrapolar, porque en ese momento desapareció un tercio de la población, o sea, el número de muertes no tiene mucho que ver con la actual. Lo que uno podría preguntar es si los cambios actuales en las formas de trabajo pueden liberalizar más esa fuerza de trabajo”, reflexiona la historiadora Camila Perochena . Esta experiencia global y simultánea será relevante en la llamada transformación digital del mundo, pero menos de lo que algunos futurólogos están diciendo. Esto afirma el economista Eduardo Levy Yeyati , decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella: “Los cambios discontinuos venden revistas, pero no son tan comunes en la práctica. Lo primero que veo, cuando se levante la prohibición, es gente saliendo, volviendo a la oficina, a la compañía humana. En el mediano plazo, es probable que aumente la inversión y la innovación en conectividad y que algunas ocupaciones no manuales converjan en un régimen mixto. De hecho, pensando en voz alta, diría que los grandes ganadores serán los bares y las grandes perdedoras, las oficinas”, vaticina.

Para Yeyati, a partir de esta experiencia, el trabajo remoto ya no será visto con recelo por las empresas, como si se tratara de una modalidad menos intensa. “En muchos casos, es más eficiente. Elimina la distracción de los espacios comunes y acorta los tiempos muertos. En mi experiencia, todo, desde las clases hasta las reuniones, tiende a ser más breve cuando es remoto. Además, la remotización podría mejorar la integración con el trabajo en el hogar, que muchas familias de clase media delegan en las mujeres, alimentando la brecha de género”. Pero no hay que caer en la ilusión de la segmentación: la mayoría de las tareas involucran interacciones complejas entre varias personas para la que aún no tenemos ni el software ni el hardware. “Además, no todo es trabajo: ¿con quién vamos a conversar en el almuerzo o en el break si estamos todos solos en una habitación? Hará falta un mix. La remotización no tolera la semana laboral de 40 horas”, cierra el economista.

Otro fenómeno acelerado en esta era remota es la automatización, cuando entran los robots a la fuerza laboral. Esto sucede en ráfagas en momentos de crisis, como resultado de estos shocks económicos. “Los humanos se vuelvan más caros, está pasando mucho en Estados Unidos, las empresas despiden a los trabajadores menos calificados y los reemplazan con tecnología o con trabajadores más calificados, esto es cíclico en la historia, y por eso urge la necesidad de reentrenar las habilidades de las personas para estos nuevos escenarios”, señala Gasca. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de British Columbia, que analiza tres grandes recesiones de los últimos 30 años, arroja que el 88% de los trabajos que se perdieron son los menos calificados y fácilmente automatizables.

Otro aspecto para analizar en este tiempo de trabajo a distancia y aislamiento social es la relevancia del trabajo de las economías de plataformas (GIG). “Es una fuerza laboral muy vulnerable, esta crisis puede que nos obligue a actualizar los marcos legales para esos trabajadores”, opina Gasca. Según la directora de Skills Agility, otra dinámica que cambiará son los viajes cortos de trabajo para reuniones o presentaciones. “Las tecnologías han avanzado, con videollamadas de 100 o más personas y mejores conexiones de internet. Y hay, además, una preocupación creciente por el impacto de los viajes aéreos en el medio ambiente que puede dar un cambio a los viajes cortos de negocios”, arriesga. En opinión de la ejecutiva, muchos emprendimientos desaparecerán y eso será muy doloroso. “Hay que pensar cómo hacer negocios más resilientes, estudiar los atributos de las organizaciones que sobreviven, que responden rápido, son capaces reinventarse y de innovar, invierten en tecnología y en el talento de su gente”, concluye.

Lentitud obligada

De un día para el otro, el ir y venir frenético cesó. Tener que tomar colectivos y trenes abarrotados o autopistas en hora pico desapareció abruptamente de nuestras rutinas. Aunque las obligaciones puertas adentro en muchos casos fueron más desafiantes que antes de la pandemia, desapareció un sentido de la urgencia lleno de bocinazos. A pesar de sentir la ansiedad y la sobrecarga por las tareas del hogar, muchos lograron, por primera vez en mucho tiempo, conquistar algunas actividades largamente añoradas: media hora de ejercicio diario, cocinar casero, llamar a un ser querido, dormir una hora más, arreglar las plantas o ese espacio de la casa, leer o meditar. “El cambio hacia el trabajo remoto no será de la noche a la mañana, pero la cuarentena puede ser un comienzo, una chispa nueva de otra manera de hacer las cosas. Quedará más expuesta la cultura tóxica de trabajo, horas y semanas de vida yendo y viniendo de la oficina, y, una vez allí, las horas que se pierden en reuniones improductivas y distracciones. Ojalá esto sea una inyección de realismo y aprendizajes”, responde a la la nacion revista, desde su casa en Londres, el escritor canadiense Carl Honoré , autor de Elogio de la lentitud (2004). Máximo referente global del llamado movimiento slow , Honoré afirma: “Antes de la pandemia estábamos llegando colectivamente a un punto de inflexión en el cual la cultura de la prisa nos estaba haciendo mal en todos los aspectos de nuestra vida. Hoy nos han impuesto un taller de lentitud y no tenemos más remedio que vivirlo. Ojalá estemos ante un cambio tectónico de nuestras prioridades”.

Honoré cree que es una buena oportunidad para reconocer una autonomía personal, de empezar a gestionar nuestros tiempos y poder reconocer una sensación de control de los propios ritmos. “Cuando las personas practican esto trabajan mejor, tienen menos errores, son más productivos, aun con la misma carga de trabajo o más. Elegir cuándo corto un rato para comer con mi hijo, para estirarme un poco haciendo yoga o para reposar unos minutos para luego volver a trabajar. No se trabaja menos, pero hay una presencia mayor en cada cosa que se hace”, dice, y agrega: “Las empresas verán cómo esto también puede redundar en beneficios de costos y de bienestar de sus empleados, creo que se acelerará la adopción de lo remoto, sobre todo en las empresas de origen más ágil, y las más tradicionales también sentirán la presión de quienes experimenten que pueden ser productivos a distancia. Habrá muchas personas que volverán a las oficinas y podrán decir: ‘En estos meses aprendí que puedo gestionar mi tiempo y cumplir con mis tareas'”.

Nicolas José Isola , filósofo, doctor en ciencias sociales y coach, advierte que hay gente trabajando menos horas, pero haciendo lo mismo que hacía con mayor intensidad. “En vez de un tiempo cronos, el que pasa por el reloj, estamos en un tiempo kairos, de oportunidad y disfrute en algunos casos; es un tiempo que ayuda a dimensionar la temporalidad de la propia vida”, sugiere. Según Isola, estamos acostumbrados a la sobreacción y sin tanta corrida nuestra mente productivista puede ver que hay algo nuevo, pero hay que saber leerlo. “El trabajo remoto puede transformar nuestra forma de pensar el trabajo, sobre todo cuando los chicos retomen la escuela, apuntar a una mejor calidad de vida, menos tiempo en el subte, más tiempo como queremos. Va a haber que repensar, quizás esto nos haga más flexibles. No era posible que nos confináramos todos y lo hicimos. Quizá podemos hacer más cosas de las que nos creíamos capaces”.

Nuevo mundo

¿Saldremos distintos de esta experiencia? ¿Será realmente un nuevo mundo el que se reinicie post pandemia? Ximena Alarcón Díaz , antropóloga y socióloga, identifica nuevos patrones a seguir en tiempos de aislamiento. “Hay un nuevo rol de apreciación de la tecnología, hasta hace poco había un foco más en la mirada negativa, del detox digital, y ahora no podemos vincularnos con el mundo sin esta virtualización, aunque hay un substrato muy humano que necesitamos seguir teniendo. Creo que hay una mayor conciencia y apreciación también de eso”, opina. Otra nueva tensión que ve es entre quienes pueden tener trabajos digitalizados y los que no, es una especie de nueva elite, un grupo minoritario que trae categorías nuevas, dice la experta, que es cofundadora de Youniversal, consultora de comportamiento y consumo.

Alarcón Díaz habla de un colapso de lo público y lo privado. “Las cosas públicas las estamos haciendo en privado y lo que hacíamos puertas adentro ahora se muestra y divulga en redes sociales. Hay cambios reactivos ante la necesidad de acatamiento: qué tan asentados o no sean los aprendizajes dependerá de la duración de esta pandemia y de las personalidades y perfiles previos de cada uno de los individuos”, analiza. Como en todas las grandes crisis, se cataliza o acelera sobre fenómenos previos, cuánta usamos la tecnología, si cooperamos o no, cómo nos comunicamos. “No es casualidad que la OMS haya elegido la red TikToK para comunicarse con los más jóvenes, por ejemplo. También creo que habrá un replanteo para todo lo referido a la regulación de la GIG Economy y para los trabajadores independientes. Habrá que comprender las nuevas coordenadas culturales y sociales, va a quedar una alta digitalización de compras y habrá que trabajar en la experiencia y emocionalidad que justifique que un usuario se traslade hasta una tienda física”, explica.

Octavio Bramajo , sociólogo y demógrafo, especialista en envejecimiento y seguridad social, opina que, como el envejecimiento de la población es irreversible, la fecundidad está bajando y el número de adultos mayores está subiendo, entonces una mayor automatización de los trabajos es esperable en este contexto. “Que dos personas apretando dos botones puedan hacer funcionar 20 tractores es algo que se ve cada vez más. Pero no creo que por ahora el trabajo remoto vaya a reemplazar al trabajo presencial, a no ser que haya una demostración muy contundente para convencer de que el tiempo que se gana se materialice en un trabajo más eficiente”, opina.

Dentro de las empresas, hay roles que tomaron un gran protagonismo en estos momentos, como los de recursos humanos, transformación digital y comunicación, entre otros. Alejandra Brandolini , secretaria del Consejo Profesional de Relaciones Públicas de la Argentina y presidente de AB Comunicaciones, se especializa en acompañar a las empresas a gestionar su comunicación interna, que hoy debe ser más precisa, rápida y contenedora que nunca. “Es muy relevante identificar y acompañar a las redes de facilitadores de cambio, colaboradores que son agentes de cambio y transformación. Cada uno es gestor y protagonista, y debe aportar confianza a los vínculos. El o la CEO tienen que comunicar y ser confiables, brindar contención emocional para enfrentar los cuidados necesarios, la productividad y creatividad para pasar este momento.

“Acá están en uso todas las competencias, flexibilidad de adaptación al contexto, diversidad e inclusión, ética y transparencia. La coherencia es el imperativo en un contexto hipersensible en el que desde las empresas tenemos que escuchar más que hablar. Trabajar en canales de feedback realmente activos y decir siempre la verdad”, expresa Brandolini. En un escenario post pandemia, según datos de el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), el teletrabajo en Argentina podría alcanzar a más de 3 millones de trabajadores. El porcentaje de trabajos que tienen el potencial para realizarse desde el hogar se encuentra entre un 27 y un 29% de los trabajos totales, y se reduce a 18% si se considera la cantidad de hogares con uso efectivo de computadoras.

Estos porcentajes difieren del que resulta de estimar cuántos trabajadores efectivamente trabajaban desde el hogar antes de la cuarentena: menos del 8%, de acuerdo a datos de 2017. El 40% de los trabajadores (4,8 millones) no puede realizar teletrabajo por las particularidades de la actividad económica que realizan. Para ellos, el costo del aislamiento es prohibitivo, no solo por la imposibilidad de percibir sus ingresos laborales, sino también porque se concentran en las franjas vulnerables de la población. Evaluando las oportunidades y los límites del teletrabajo en Argentina en tiempos del COVID-19, de un total aproximado de 11,7 millones de trabajadores cubiertos por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de Cippec, entre 3,1 y 3,3 millones se dedican a actividades que podrían ser realizadas desde el hogar. Como complemento, entre 8,3 y 8,5 millones de trabajadores no puede trasladar sus tareas diarias al mundo digital.

La relativa facilidad para trasladar un trabajo del mundo físico al mundo digital es clave para determinar los costos económicos del aislamiento: si la mayoría de los trabajos puede realizarse con facilidad de forma remota, entonces el impacto en el mercado de trabajo será relativamente leve; si son pocos, entonces la disrupción en el mercado laboral será de mayor magnitud. “En el primer caso, la política sanitaria seguirá dominando la escena; en el segundo, las tensiones entre las políticas de mitigación del COVID-19 y la política económica serán evidentes”, destaca Ramiro Albrieu , investigador principal del Programa de Desarrollo Económico de Cippec y autor del documento. Por ejemplo, en profesiones es superior al 50%, mientras que en las ocupaciones no calificadas no llega al 10%. La distribución por grupos de ingreso también es asimétrica: el 10% más rico concentra el 20% de los trabajos que pueden realizarse desde el hogar. Como contrapartida, el 10% más pobre aporta menos del 3% de los trabajos que pueden realizarse desde el hogar. Del estudio se desprenden tres lineamientos para pensar las políticas públicas: desarrollar una estrategia de transformación digital que permita llegar a los segmentos empresariales más alejados a la innovación tecnológica, la digitalización en los hogares y la administración de los permisos para pensar estrategias segmentadas que administren entre los costos económicos y los riesgos de trasmisión del COVID-19.

Para todos, hoy el foco y la energía está en atravesar lo mejor posible, en todos los sentidos, este tiempo inesperado y desafiante como pocos. Mientras, aunque no lo notemos, estamos siendo protagonistas del más grande experimento de trabajo a distancia de la historia. ¿Y si funciona?

 

Fuente: La Nación

En busca del bienestar digital

Movimientos globales, ONG y las propias empresas están repensando la relación de las personas con las tecnologías y su incidencia en la calidad de vida. Con educación y diseño consciente, se empieza a hacer foco en el uso reflexivo e intencional de estas herramientas

Este año terminará con 4500 millones de personas en el mundo con acceso a internet y se espera que en los próximos seis años el número escale hasta los 6000 millones, quienes, con la llegada de la tecnología de conectividad 5G, podrán navegar a velocidades hasta 10 veces mayor a la experiencia más rápida actual. Con dos décadas conectados y con internet avanzando en los aspectos más diversos de nuestra vida, la incidencia de su impacto en nuestra salud y costumbres es el centro de un cuerpo creciente de investigaciones que advierten sobre la necesidad de reflexionar y generar un entorno más sano e intencional en esa conectividad. Lo que se busca es una tecnología más humana con foco en el bienestar digital de las personas.

De hecho, los mismos usuarios se encuentran muchas veces atrapados en un uso que, advierten, puede ser nocivo, pero que no saben cómo modificar: cuidado de datos personales, consumo y difusión de información falsa, uso excesivo de redes sociales, conexión permanente y ansiedad son algunos de los temas que saltan del mundo digital con un impacto real en nuestra calidad de vida y relaciones.

Tristan Harris es quien lidera esta conversación a nivel global y lo hace con el convencimiento del converso. Exdiseñador especializado en ética de aplicaciones de Google, es el fundador del movimiento Time Well Spent y de la organización The Humane Tech Center, focalizados en la evangelización y desarrollo de una tecnología más humana. Según Harris, lo que estamos viviendo es una cacofonía de tecnologías extractivas que generan una degradación humana (human downgrading), y es ahora el momento de refundar la manera en la que mediamos con ellas, a través de la modificación de su diseño.

LA NACION revista habló con Harris sobre la misión de su centro: “El modelo de uso gratis de las aplicaciones, en el modelo más caro del mundo, genera una economía de atención extractiva. Las redes sociales han creado un Frankenstein digital al aprovecharse de las debilidades humanas (miedo, indignación, vanidad) y la tecnología ha degradado nuestro bienestar”, sentencia. Para Harris, que en sus comienzos fue uno de los integrantes del Laboratorio de Tecnologías para la Persuasión de la Universidad de Stanford, catalizar de manera completa el bienestar digital requiere trabajo específico. “Necesitamos ser profundamente sofisticados, no solo con la tecnología, sino también con la naturaleza humana y las formas en que uno impacta al otro. Los tecnólogos deben abordar la innovación y el diseño con la conciencia de proteger las formas en que somos manipulados; necesitamos más atención sobre lo que protege y cura la naturaleza humana y los sistemas sociales”, dice. Desde su centro, ofrecen una guía de diseño de productos gratuita para explorar y evaluar cómo la tecnología nos afecta a nivel individual, relacional y social.

El segundo punto que aborda Harris es cómo se está desarrollando la inteligencia artificial (IA). “La IA tiene que ser para el humano, no una IA abrumadora. Hoy ya tiene un poder asimétrico sobre las vulnerabilidades humanas. Necesitamos convertir eso en IA para que actúe en nuestro interés haciéndolos fiduciarios a nuestros valores, lo que significa prohibir los modelos comerciales de publicidad que se extraen de esa relación íntima”, describe. Y el tercer aspecto por tener en cuenta es el de los incentivos regenerativos humanos. “Debemos abandonar el fracking de atención de la gente, desarrollar un nuevo conjunto de incentivos que aceleren una competencia en el mercado para solucionar estos problemas. Guardianes de la tecnología como Apple y Google pueden alentar a las aplicaciones a competir por nuestra confianza, no por nuestra atención, al remodelar las tiendas de aplicaciones, los modelos de negocios y la interacción entre aplicaciones que compiten en pantallas de inicio y notificaciones”, propone Harris. También cita a los inversores, accionistas, políticos, periodistas y usuarios en general, todos actores necesarios para gestionar una nueva era digital.

“Reconocer esta manipulación y nuestros sesgos es el primer paso. El uso del móvil difiere de otras tecnologías anteriores, porque ahora es la primera vez que lo tenemos con nosotros todo el tiempo y a toda hora; el consumo es personal, la oferta de contenidos es ilimitada y además es multifunción”, dice Santiago Bilinkis, autor del libro Guía para sobrevivir al presente, atrapados en la era digital (Sudamericana, 2019), donde buscar alertar y explicar el funcionamiento de estas tecnologías y sus implicancias en nuestras vidas.

Para Bilinkis, una parte de la solución pasa por hacernos las preguntas correctas para entender el negocio detrás de las aplicaciones que usamos, cómo son creados los algoritmos para poder exigir transparencia en la información. “Estamos dentro de un sonambulismo tecnológico que, a través de filtros, distorsiona la realidad y genera ansiedad. Para los padres es un nuevo terreno en el cual guiar a nuestros hijos, donde ellos son nativos y nosotros, a veces, estamos tan empantanados como ellos. Reconocerlo y traerlo a la conversación familiar es parte de la solución”, dice. La preocupación por el d iseño de los algoritmos es tal que investigadores como Mark J. Nitzberg, director del Center for Human-Compatible IA de la Universidad de Berkeley, está proponiendo que el desarrollo y diseño de apps tenga que atravesar una especie de fases de tests clínicos, como deben hacerlo las drogas antes de convertirse en medicamentos comerciales.

Los dueños de la pelota

Una de las redes sociales más cuestionadas en cuanto al efecto que causa en sus usuarios es Instagram. Diversos estudios, como el elaborado por la Real Sociedad Británica de Salud Pública en 1500 jóvenes de entre 14 y 24 años, la han clasificado como la más nociva para la salud mental de los jóvenes por conducir a sentimientos de inadecuación y ansiedad con su imagen. La empresa de Zuckerberg está al tanto, y en el primer semestre de este año presentó una serie de propuestas en su marco de bienestar digital. Natalia Paiva, directora de políticas públicas de Instagram para América Latina, explica cuál es la estrategia: “Queremos que Instagram sea un entorno positivo e inclusivo para nuestra comunidad. Que el tiempo de uso sea intencional, que es un concepto que tiene mucho que ver con el bienestar, y no es solo desde lo moral, porque debemos, sino que es estrategia a largo plazo. Si los usuarios no tienen una buena experiencia, no tendremos futuro como plataforma de creación y expresión”, dice.

Instagram tiene tres pilares en su estrategia de digital wellbeing: desde cómo ofrece la información de sus políticas de uso, herramientas para que las personas puedan controlar la experiencia y las asociaciones a nivel local con organizaciones, expertos en salud mental y tecnología en cada país donde tiene presencia. Por ejemplo, desde este año la red permite silenciar palabras, hashtags y emojis con los que el usuario no quiere encontrarse, como también configurar el tiempo que se quiere usar la red mediante alertas que avisan cuando se alcanzó el límite. Por otra parte, si alguien busca un hashtag con palabras sensibles como d epresión, ansiedad, angustia suicidio, aparece una ventana con propuestas para que el usuario le pida ayuda a un amigo o institución especializada.

Un cambio relevante es la prueba que Instagram está haciendo en siete países para que la cantidad de me gusta (expresados en corazones) y reproducciones no estén a la vista de todos, con el fin de evitar que los usuarios suban material por el solo hecho de ver la acumulación de aprobaciones ajenas. “Queremos que las personas se concentren más en la calidad de sus conexiones que en sus métricas de performance”, dice Paiva desde San Pablo, Brasil, uno de los países que está haciendo la prueba. Facebook está evaluando hacer lo mismo en su plataforma, y también este año dio a conocer un paquete de funcionalidades para darle al usuario mayor poder sobre su información y la que consume.

Consultada por la tardanza de las empresas en presentar estas herramientas, teniendo en cuenta que muchos usuarios ya cumplieron hasta una década usando Instagram o Facebook, Paiva contesta que “la idea de la conexión de salud mental y uso de las redes sociales es muy nueva y todos -empresas, científicos, academia y usuarios- estamos intentando entender algo complejo de lo que se aprende todos los días y se intenta responder a los hallazgos que se van presentando de la mejor manera posible”.

También desde Google están abordando el tema desde su motor de búsqueda y desde Android, el sistema operativo más usado por los argentinos. En las últimas semanas anunciaron nuevas funcionalidades. “El bienestar digital es el estado de estar totalmente cómodo y contenido por cómo la tecnología se ajusta a nuestra vida, es diferente para cada usuario y cada familia: es el resultado de estar consciente y en control de la tecnología que uno utiliza”, describe Matías Fuentes, responsable de Comunicaciones de producto de Google Argentina. A principios de septiembre, YouTube, la plataforma de videos de Google, recibió una multa de 170 millones de dólares por parte de la Federal Trade Commission, debido a las demandas que la acusaban de recolectar datos personales de niños sin el consentimiento de los padres. Por esto, la red decidió quitar las publicidades sugeridas para los niños.

El gigante de Silicon Valley asegura que al entrenar a su asistente virtual y agregar inteligencia artificial a sus productos, genera uso más eficiente y seguro de la plataforma. Android cuenta con el modo Wind Down para desconectarse o el modo Rutina para dormir, que permite mediante la voz configurar una alarma, apagar las luces, reducir el sonido de la música y escuchar el clima del día siguiente. El modo Foco permite seleccionar aquellas aplicaciones que los suelen distraer y silenciarlas cuando esta función está activada.

Para el control parental ofrece Family Link: a través de funcionalidades que permiten configurar aplicaciones, el contenido y el tiempo en pantalla, los padres pueden definir pautas digitales para sus hijos. Tanto la calidad como la cantidad de tiempo que los chicos están conectados es un tema que se está estudiando desde la comunidad médica. Por ejemplo, en la American College of Cardiology (ACC) Latin American Conference 2019, que se celebró del 25 al 27 de julio en Cartagena, se presentó un paper que reveló que los jóvenes que utilizan más de cinco horas al día los teléfonos inteligentes tienen mayor probabilidad de sobrepeso y obesidad, lo que obliga a replantear estrategias y hasta usar la tecnología como aliada para promover la actividad física en ese segmento etario. En junio de 2018, la OMS incluyó entre los trastornos mentales la adicción a los videojuegos.

En esta revolución digital, la infancia está en el centro del cambio en un país como Argentina, que está en el top 10 de personas conectadas más tiempo a internet, con ocho horas al día. “Las tecnologías producen percepciones ambivalentes y reacciones binarias en padres y adultos en general: por un lado, los medios digitales se perciben como indispensables en vistas de la mejor preparación para el futuro, y por el otro, crece la preocupación por el bienestar digital de niños y niñas. Esta confusión genera desconcierto en la búsqueda del balance y menos claridad en temas de crianza digital. Cada vez son más los adultos que expresan la necesidad de mejorar la experiencia de la vida conectados propias y de sus hijos”, cuenta Mariela Reinman, directora de la ONG Chicos.net

Si bien son varias las problemáticas relacionadas con los hábitos y los medios digitales (temas de convivencia, manipulación de la información y noticias falsas, grooming, autopercepción), para Reinman, el bienestar digital hace referencia a dos grandes temas: tiempo de uso y privacidad. La experta explica que el tiempo de pantallas no es malo o bueno en sí mismo. Además, no hay una oposición radical entre lo digital y lo físico. Todo se está mezclando, chicos y jóvenes usan las redes para encontrarse en el mundo físico y viceversa. “Más que limitar cuantitativamente, deberíamos prestar atención al tipo de actividad que realizan chicas y chicos, promoviendo aquellas más creativas y desplazando el consumo pasivo por el uso activo: utilizar dispositivos para diseñar arte digital, música, editar videos, crear historias, programar, entre muchas otras propuestas”.

El segundo tema es el de la privacidad, que tiene una doble lógica: lo que los chicos deciden publicar (y es importante reflexionar con ellos la distinción entre público, privado e íntimo) y, por otro lado, la privacidad de nuestros datos como usuarios de tecnología, es decir, qué entregamos a cambio de qué. “Cada vez somos más conscientes de la información que generamos y ofrecemos cuando realizamos actividades en internet. Cada me gusta, cada compartir, las geolocalizaciones. constituyen algoritmos complejos que almacenan una inmensa cantidad de datos sobre gustos, perfiles, preferencias. Es importante que los niños sepan desde temprana edad que internet parece gratuito, pero no lo es: el uso se paga con información personal. Esto es muy relevante para la internet actual y futura: internet de las cosas e inteligencia artificial”, cierra Reinman.

Marco digital

La regulación es uno de los componentes indispensables, pero no suficientes para la construcción de una interacción más saludable con la tecnología. Por ejemplo, en Estados Unidos, el senador republicano Josh Hawley está proponiendo leyes contra los elementos adictivos presentes en las redes sociales. Se busca poner límites a la industria tecnológica para que sus productos sean menos manipulativos. En palabras de Tristan Harris, sería regular la economía de atención extractiva. “Cuando hablamos de regulación, nos referimos a limitar las estrategias que se diseñan y perfeccionan para captar la atención de los usuarios. Hay una relación directa entre atención del usuario y crecimiento, revenue y éxito de las empresas, y entonces allí surgen preguntas y conflictos éticos y psicológicos”, dice la directora de Chicos.net.

Las plataformas crecen monetizando nuestra atención. El autoplay y las predicciones de YouTube y Netflix, la tecnología persuasiva, el modelo de recompensas de las redes sociales, que incentiva a pasar más tiempo conectados consumiendo publicidad y cediendo datos personales. Todo esto exige nuevas regulaciones hacia la humanización de los modelos de negocios. Otra de las voces más críticas al modelo actual es la de Jaron Lanier, científico computacional considerado el padre de la realidad virtual, que propone rever desde cero los modelos de negocios de plataformas como Google y Facebook y pensar si no sería más sano pagar por suscripciones que el modelo publicitario actual.

Concientizar sobre que lo digital es real es una de las principales preocupaciones para Sebastián Bortnik, experto en seguridad informática y uno de los fundadores de la ONG Argentina Cibersegura, que ha recorrido infinidad de escuelas los últimos 10 años para crear conciencia sobre temas de bienestar digital. “Cualquier padre podría decir que quiere que su hijo crezca sano y seguro, por lo que se trata de pensar el paralelismo también con el uso de las tecnologías. Nos preocupan las amenazas de la vida real, como la seguridad en la calle y que los hijos coman sano, pero todo esto debe ser trasversal a la vida digital”, dice. Según Bortnik, uno de los principales mitos que alejan a los adultos de procurar un uso adecuado es lo que escucha de muchos padres: “Mi hijo la tiene mucho más clara que yo”, lo que genera una falsa sensación de sanidad y seguridad que dista mucho de plasmarse en el uso que hacen los chicos. Pero es peligroso creer que no hay que hacer crianza en concientización. “Por otra parte, la virtualidad no es tal, lo virtual es real en lo digital. La ansiedad que genera en un chico es real y con la idea de lo virtual nos comportamos como si eso no existiera. Los chicos aprenden a partir del ejemplo y el diálogo”, describe Bortnik.

Para abordar el bienestar digital a través de voces que resulten atractivas para los adolescentes, Unicef y el gobierno de la provincia de Buenos Aires lanzaron el concurso Rap Digital, apadrinado por Dozer, el actual campeón argentino de freestyle de la competencia de gallos, en el que se invita a los adolescentes a reflexionar sobre su rol en cuidar la huella digital.

Unicef también publicó una guía de sensibilización sobre convivencia digital y otra llamada Chic@s conectados, para entender sus hábitos de conexión. “A veces, pensar un buen uso con los chicos no es fácil, porque los adultos tomamos el tema del lado equivocado. Si vamos y les decimos no me gusta que estés todo el día con el jueguito y hablando solo, mientras que estuvo en un juego de estrategia con dos de sus grandes amigos, no nos toman en serio”, completa Bortnik.

Para Ezequiel Passeron, director de la ONG Faro Digital, existe un uso abusivo de las pantallas digitales y es necesario tomar decisiones normativas para poder regular el diseño de estas aplicaciones en pos de los derechos de las personas. “Y consideramos que la reglamentación debe darse a nivel global o regional, ya que limitarlo a nuestro país sería casi inútil por el alcance de estas tecnologías”, advierte.

Desde Faro Digital trabajan en el uso responsable y reflexivo de las tecnologías digitales, tanto en los talleres con jóvenes como en las capacitaciones con adultos en general (familias y docentes). El objetivo es dar información y herramientas para que las personas puedan ser conscientes en la utilización de las plataformas digitales y romper la naturalización con la que se suelen usar estos dispositivos. “Una de las metodologías que aplicamos en nuestros talleres es la de codiseño, que nos permite poner en el centro a las personas y escuchar sus percepciones y construcciones de sentido. Esto nos posibilitó identificar ciertas complicaciones a la hora de hacer un uso equilibrado de lo digital. Algo que no solo sucede entre los más chicos, sino también en los adultos, quienes manifiestan estar cada vez más pendientes del celular”, explica Passeron. Cuando trabajan temas como bienestar digital o desconexión notan que el público encuentra un espacio de reflexión genuino para un tema que por lo general les cuesta conceptualizar, por la propia vorágine del día a día. Y en esos momentos de compartir con otros lo que les sucede a diario respecto de sus vínculos con lo digital, aparecen cuestiones de mucha preocupación y alerta. Es decir, hay consciencia acerca de la problemática, pero no estrategias para modificarla.

“Las posibles soluciones ante esta problemática deben ser integrales y contemplar distintas variables (no es algo que se resuelva con una ley o con una app), pero lo que sí deben tener como horizonte es el cuidado y el respeto por los derechos humanos de las personas, y no solamente el desarrollo económico de las tecnologías digitales”, dice el titular de Faro Digital, que señala como fundamental la creación de instancias de educación crítica respecto de los medios de comunicación digitales.

El bienestar digital está hoy en boca de todos los actores del ecosistema de internet y su construcción será el resultado de los esfuerzos de cada uno: empresas que deben ser transparentes y diseñar sus productos de manera responsable, gobiernos que deben velar por el desarrollo de este ecosistema y proponer políticas que acompañen en la era digital, ONG que controlen y evangelicen sobre una conexión sana y usuarios que hagan un uso más reflexivo, intencional y responsable. En la suma de todos esos esfuerzos es posible que nazca una tecnología más humana.

 

Fuente: La Nación

Cómo la robótica está cambiando la relación entre el cirujano y el paciente

En una esquina del quirófano, un cirujano sentado en una consola mueve pedales y joysticks. Otro médico da indicaciones desde una pantalla y otro les cambia las herramientas a los brazos del robot Da Vinci, que opera a una mujer para extraerle un tumor maligno. En realidad, los que operan son los 4: los cirujanos, especializados en robótica, utilizan la precisión y eficiencia que solo se logra con su compañero de acero y brazos metálicos. Esa escena se vive desde hace muchos años en el Hospital Madariaga de la ciudad de Posadas, Misiones, donde ya se superaron las 800 intervenciones con este método, que es tendencia global para intervenciones quirúrgicas.

Es considerado pionero en cirugía robótica, porque a partir de sus observaciones y experiencia clínica tuvo la iniciativa de desarrollar dispositivos que fueron el principio de una vida dedicada a transformar y evolucionar la cirugía. El Dr. Frederic Moll fundó el Intuitive Surgical en 1995, la compañía que creó el primer sistema de cirugía robótica y al robot Da Vinci. Más tarde, en 2007, fundó Auris Health, una empresa desarrolladora de tecnología especializada en el tratamiento del cáncer de pulmón. Auris diseñó la plataforma Monarch, una herramienta de diagnóstico que utiliza endoscopía asistida por robot. Permite que los médicos accedan con precisión a los nódulos del pulmón más pequeños y difíciles de alcanzar, y ayuda a detectar y diagnosticar el cáncer de pulmón. En febrero de 2019 Johnson & Johnson Medical Devices anunció su adquisición como parte de un movimiento de la compañía hacia un ecosistema digital que combina robótica, instrumentación avanzada y el uso de datos para conectar pacientes y profesionales médicos.

Cirugía 4.0

Esto se conoce como cirugía 4.0 y tiene como objetivo poner a disposición de los profesionales la innovación tecnológica: la robótica más avanzada, instrumentalización de última generación, integración de big data, inteligencia artificial y machine learning para utilizar en las intervenciones quirúrgicas. De esta forma no sólo se mejora y optimiza la manera en la que se realizan los procedimientos, sino que también resulta una optimización y democratización del acceso a la salud.

Hoy Moll dirige la división de cirugía digital de Johnson & Johnson Medical Devices y visitó nuestro país en el marco del 90° Congreso de Cirugía que se realizó en Buenos Aires en el mes de octubre. Allí dio una conferencia sobre “Robótica y el futuro de la Cirugía Digital”, su implementación al servicio del paciente, y la visión de la compañía de democratizar la cirugía.

-Está por cumplir 30 años trabajando en cirugía digital, ¿De qué se trataba esta disciplina antes de Internet?

-Tuve la suerte de estar estudiando para ser cirujano cuando la cirugía mini invasiva era sólo un concepto, antes de que sea real. Eran los 80s, la transición hacia técnicas mini invasivas que nos permitieron pensar en operar a humanos sin hacer grandes incisiones que luego debían curarse. En ese momento eran solo los ginecólogos que lo iniciaron con la laparoscopía, lo que me llevó a pensar por qué no podíamos adoptarlo los cirujanos en general. Vi su técnica y me dije: si ellos pueden inflar la zona y generar esa “gran catedral” donde operar, todos tendríamos que poder hacerlo; para hacerlo había que desarrollar herramientas, y tuve la suerte de tener una buena idea, que fue la de construir un trocar (como un punzón cilíndrico para cirugía) seguro, que se introduce por el abdomen del paciente. Fue una buena idea y fue un inicio de lo que vendría.

Mientras se formaba en negocios, conoció a expertos de Stanford, que trabajaban con el departamento de Seguridad Nacional del gobierno estadounidense en telecirugía, para lograr hacer operaciones a distancia con los soldados que estaban en sus funciones en zonas de conflicto. “Esto me hizo pensar en los beneficios que podría traer manejar una herramienta teledirigida, que ingrese en el paciente sin las imprecisiones de la mano del médico, pero guiadas por estos, a través de robots que permitieran mayor precisión, menos temblores, reducción de sangrados, entre muchas otras cosas”, dice.

-¿Cómo será el futuro de la cirugía digital?

-Queremos crear una generación nueva de robots capaz de hacer la mejor traducción del movimiento de afuera del cuerpo a adentro del cuerpo, pero con robots con poderosas computadoras que puedan grabar, analizar y aprender, para la toma de decisiones en tiempo real y para su análisis posterior. Para que los médicos puedan entender mejor las opciones que tienen, para tratar al paciente de la mejor manera; que el resultado sea cada vez más acertado, lo que debería ser la finalidad de toda innovación médica.

-¿Cómo están transformando el trabajo del médico estas innovaciones robóticas?

-Los profesionales seguirán necesitando entender de dónde vienen y cómo se tratan las enfermedades y por qué se necesitan estas intervenciones, pero también deberán hacer una inversión personal en tecnología, estudiar para entenderlas, aprender qué pueden hacer mejor con ellas, e incorporarlas en una práctica que será cada vez menos sobre una técnica en particular y más sobre la información para la toma de decisiones. El rol del cirujano mutará, se alejará más del cuerpo del paciente a la hora de operar, pero tendrá un rol muy importante en la dirección de lo que allí pase.

-¿Las decisiones a tomar sobre los pacientes serán compartidas entre las inteligencias artificiales y los profesionales médicos?

-Absolutamente, esto ya está pasando y es necesario. Lo más importante que aprendés en la residencia de cirugía es a hacer un buen juicio, es lo más poderoso que tenés, y eso tiene que perdurar, pero con una combinación de fuentes de información del propio cerebro del profesional y del “cerebro” de una computadora, que juntos pueden tomar mejores decisiones. La Inteligencia Artificial avanza y cada vez más importará lo computacional. Algunos temen que las computadoras “tomen el control”, pero no creo que eso pueda pasar en muchísimo, pero muchísimo tiempo.

-¿Cuál es el rol de la nanotecnología en el futuro de la medicina? ¿Tendremos pequeños robots viajando por nuestro cuerpo haciendo su trabajo?

-Uno de los desafíos centrales de cualquier dispositivo médico, sea robótico o no, es qué tan pequeño se puede hacer. Cuanto más pequeño en medicina e intervenciones siempre será mejor, la miniaturización es una tendencia que continuará. Ya hay cámaras en píldoras que viajan a través del cuerpo que toman fotos. Desde el punto de vista del diagnóstico la nanotecnolgía será muy importante.

-¿Qué otras tecnologías se asoman en el futuro de la medicina digital?

La utilización de sensores será de gran impacto en el corto plazo, poder monitorear funciones en el cuerpo y prevenir lo que se ve mal antes de que se transforme en un problema mayor, el “sensing” será una gran parte de la medicina preventiva y en intervenciones en general.

-¿Cómo cree que modificará a la cirugía digital la expansión de la tecnología 5G ?

-No estoy seguro todavía. Mayor conectividad es importante, cuando me preguntan cuándo serán posibles las operaciones a distancia, que es lo que yo veía hace 20 años que se intentaba en el campo de batalla, creo que la razón por la que aún no han avanzado es por la latencia o demora en que llegue la señal de video. Si las promesas de 5G son reales, es posible que veamos mucha más telecirugía, pero hay cosas por resolver, como quiénes son los responsables durante todo el procedimiento, etc. Hay que seguir trabajando.

-¿Están las universidades de medicina preparando a los futuros profesionales para la cirugía robótica?

-No, y es algo que será lento. Para la industria y la educación serán una obligación, pero persiguen intereses distintos y habrá una puja por costos e intereses. Las empresas estarán interesadas en que la robótica llegue bien aplicada y aprovechada a los pacientes, porque hay mucho que perder para las empresas de salud si los productos no son bien usados.

-Además de robots de gran porte como el Da Vinci ¿es esperable ver prótesis robóticas que los cirujanos puedan colocarse, por ejemplo, en sus brazos o cuerpo para operar mejor?

-Es la discusión que tengo con mis ingenieros y cirujanos, que preguntaban por qué no podemos suprimir la consola y usar directamente los herramientas sobre el paciente. No es una buena idea, porque te estás perdiendo lo más importante, que es la precisión que solo da el robot completo con su plataforma de software.

-Teniendo en cuenta en panorama latinoamericano con importantes déficits en la salud pública y con poblaciones con altos índices de pobreza, ¿usted invertiría en robots para cirugías en este contexto?

Por supuesto, porque creo que el progreso, traducido en mejores intervenciones, es imparable; y será solo un tema de tiempo en el que la robótica en medicina sea el estándar que atraviese todas las disciplinas de la medicina, hará mejores trabajos que los cirujanos. Creo que es la solución a los altos costos, más que la que los ocasiona. Cuando empezás a tener los beneficios de internaciones más cortas, y mejores recuperaciones de los pacientes, la cirugía robótica toma sentido muy rápido. Entiendo que es un problema adquirir un robot de dos millones de dólares, pero año a año son más económicos de hacer, y esto seguirá haciéndose cada vez más alcanzable. Por otra parte no hay muchas maneras de mejorar en técnicas manuales, que dependen solo de la habilidad de una persona; en cambio la cirugía robótica puede mejorar muchísimo aún.

Fuente: La Nación

Cuáles son los servicios basados en el conocimiento que exporta la Argentina

an, una historia que nos movilizará es un multipremiado cortometraje que unió a Disney Channel, Discovery Kids, Nickelodeon, Cartoon Network y YouTube Kids para transmitirlo en simultáneo. Con el objetivo de generar conciencia sobre la inclusión y contra el bullying, la historia se acerca a la realidad de la discapacidad de un niño de 9 años con encefalopatía crónica no evolutiva. En televisión, la serie Mini Beat Power Rockers lidera los ratings en América Latina y desplazó del podio nada menos que a Peppa Pig. Cuenta con más de 700 millones de vistas mensuales en YouTube y fue nominada a un International Emmy, elegida entre más de 2600 programas de 93 países. Ambas son creaciones de Mundoloco, uno de los principales estudios argentinos, que exporta el 80% de su producción al mundo. Nació como una idea osada de Juan Campanella, Jorge Estrada Mora y Gastón Gorali de competir de igual a igual con los grandes estudios de animación del mundo, pero contando historias propias y originales. Artistas, guionistas, ilustradores, animadores, programadores, técnicos y productores trabajan allí alrededor del contenido. El primer proyecto fue Metegol y resultó la película de animación más grande creada en América Latina, estrenada en más de 50 países. “Desde Mundoloco Labs desarrollamos nuevas formas de entretenimiento interactivo, vinculando el storytelling con inteligencia artificial. Junto a R/GA, líder internacional en innovación, trabajamos en una nueva plataforma tecnológica de entretenimiento interactivo”, cuenta Gastón Gorali.

Inipop es una pyme basada en internet de las cosas (IOT) que desarrolló una estación meteorológica que permite monitorear diversas variables ambientales del contexto, combinando sensores de precisión e inteligencia artificial para la toma de decisiones, principalmente en ciudades y el campo. Desde la Argentina, además de comercializar el hardware se está haciendo transferencia de conocimiento de esta industria a mercados como Perú, México, Uruguay, Paraguay, Chile y Colombia. Para el período 2019-2020 tienen proyectado que los productos y servicios de exportación asuman más del 60% de su facturación total.

El Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional (Incyt), que depende del Conicet, de la Universidad Favaloro y de la Fundación Ineco, utiliza diferentes combinaciones de machine learning, neurociencias y ciencias cognitivas para tratar de predecir la conducta humana en muchos dominios diferentes. “Por ejemplo, en Colombia, trabajamos con la Agencia Nacional para la reincorporación a nivel de estudios de población (26.000 participantes) usando machine learning con cientos de potenciales predictores de violencia en excombatientes (tipo de redes sociales, amenazas percibidas, ideología política y social, rasgos mentales, cuadros psicopatológicos). Podemos predecir si las personas cometieron violencia y también desarrollar perfiles diferenciados que deban ser considerados en los procesos de reintegración. En el ámbito de las imágenes cerebrales, con el Global Brain Health Institute (GBHI) de la Universidad de California San Francisco (UCSF) usamos información de diversos tipos de imágenes cerebrales obtenidas en diferentes partes del mundo para predecir el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas”, describe Agustín Ibáñez, director del Incyt, sobre algunos de los servicios que se están ofreciendo desde la Argentina. Han desarrollado pruebas cognitivas y de aplicación masiva para detectar déficits cognitivos que puedan predecir futuras patologías y han desplegado una amplia red internacional en la cual están testeando la validez transcultural de dichas pruebas en la Argentina, Chile, Colombia, Australia, Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña.

¿Qué tienen en común estas tres empresas? Son ejemplos de que la diversidad de actores argentinos parte de uno de los sectores más dinámicos de la economía local, formado por empleos de alto valor agregado y con una potente capacidad de exportación. Esto lo posiciona en el tercer lugar después del agro y las automotrices: son los servicios basados en conocimiento (SBC), una gama amplia de rubros que crece en calidad y volumen, que en 2018 superó los 6000 millones de dólares en exportación y aspira a representar el 15% de las exportaciones argentinas hacia 2030.

En la Argentina, las actividades de la economía del conocimiento, es decir, aquellas que unen el uso intensivo de la tecnología y el capital humano altamente calificado (software, biotecnología, ingeniería, servicios profesionales y producciones audiovisuales, entre las principales) son las más dinámicas: el empleo entre 2007 y 2017 creció 65% más que en el resto de la economía, y las ventas también se incrementaron 70% en el mismo período, frente a un avance general del 12%. En su totalidad, los sectores de SBC emplean a más de 430.000 personas en forma directa.

“Además, la economía del conocimiento tiene la capacidad de ayudar a crecer a los demás sectores de la economía: software e impresión 3D para la industria manufacturera, robótica para la maquinaria agrícola, inteligencia artificial para el comercio, biotecnología para el agro y la salud, entre otras. No hay sector productivo donde la economía del conocimiento no esté transformando la manera de hacer las cosas y abriendo oportunidades. En la Argentina, el desafío es doble. Por un lado, estamos avanzando en un ordenamiento macroeconómico imprescindible, la necesidad de mejorar la competitividad es una tarea prioritaria y está en el podio de las prioridades de las pymes, pero no podemos dejar de lado la necesidad de trabajar en la agenda de productividad con innovación y tecnología”, admite Mariano Mayer, titular de la Secretaría de Emprendedores y Pymes de la Nación.

En los últimos tres años fue el sector con mejor desempeño de sus exportaciones al marcar un alza del 14%, el doble de la que presentaron las de bienes. El aumento de las exportaciones fue generalizado en todos sus componentes, aunque se destacaron los de servicios informáticos, uso de propiedad intelectual y servicios audiovisuales.

Hay aproximadamente 30 clusters o polos de SBC en todo el país, que reúnen a 1460 empresas. Más de la mitad se concentra en cuatro jurisdicciones: Córdoba, CABA, Buenos Aires y Santa Fe, y su actividad principal está vinculada al software y servicios informáticos.

En ingeniería de procesos, una referente es Y-Tec. La empresa de YPF dedicada a desarrollo e innovación en procesos exporta su know how a mercados globales. Otro sector que escala en protagonismo el es de biotecnología y servicios ligados al agro. Por ejemplo, Sinergium Biotech SA es una empresa argentina que fabrica, comercializa y distribuye vacunas humanas, entre ellas, la vacuna antigripal, la vacuna contra el neumococo y la vacuna contra el virus del papiloma humano. Emplean 270 personas en su centro productivo de Garín, partido de Escobar. “Desde 2017 hemos estado registrando nuestros productos en la región, y este año hemos comenzado con las exportaciones a Bolivia y Paraguay de vacuna antigripal trivalente estacional adulto y pediátrico (Viraflú), y la vacuna para tratamiento de cáncer superficial de vejiga (Carcivac). Además de poner a disposición los productos de alta calidad, colaboramos con las autoridades de salud y comunidad médica de cada país al que exportamos con el aporte de todo el conocimiento sobre vacunas, cadena de frío, recomendaciones de estrategias de inmunización y capacitación. Para el futuro estamos registrando mas productos para exportar a la región, y esperamos tener los registros aprobados también en más países”, explica Fernando Lobos, director de desarrollo de negocios de Sinergium.

Enfocada en soluciones para la productividad de cultivos, en Bioceres registran unos 40 millones de dólares en ventas al exterior, básicamente de servicios de investigación y desarrollo, bioinsumos y también por licencias vinculadas a propiedad intelectual. “Hoy el comercio exterior o la exportación comprende entre un 20-25% de nuestros ingresos totales (a futuro esperamos que implique dos tercios de nuestras ventas). A diferencia de la mayoría de otras industrias que se especializan simplemente en una tecnología, química, producto, o etapa del desarrollo de los cultivos, hemos desarrollado una plataforma multidisciplinaria y multiproducto capaz de proporcionar soluciones durante todo el ciclo de cultivo, desde la siembra hasta el transporte y almacenamiento. Nuestra plataforma está diseñada para llevar de manera rentable, tecnologías de alto valor al mercado a través de un enfoque de arquitectura abierta”, describe Federico Trucco, CEO de Bioceres.

No tan soft

Uno de los principales sectores de los servicios basados en conocimiento está representado por el software. La Cámara de la Industria Argentina del Software (Cessi), presentó los resultados de la reciente encuesta anual del Observatorio Permanente de la Industria de Software y Servicios Informáticos (Opssi) de 2018, realizada a 201 empresas con 19.600 trabajadores en total. Se informó que las ventas en pesos corrientes de la Industria Argentina de Software en 2018 aumentaron en un 43,2% con respecto a 2017, lo que generó un incremento del 5,6% en el empleo registrado que, de acuerdo con el Indec, arroja la cifra de 5337 nuevos puestos de trabajo. Así, la facturación total expresada en dólares fue de 3283 millones de dólares a un tipo de cambio anual promedio de $28,13, de los cuales 1701 millones provienen de las exportaciones.

“A pesar de la recesión económica en 2018 y las altas tasas de interés, la industria del software demuestra con su permanente creación de nuevos puestos de trabajo su gran potencial y el compromiso sostenido en los últimos 15 años”, expresó Aníbal Carmona, presidente de Cessi. La encuesta también midió las expectativas para 2019 y reveló que, de existir talento capacitado suficiente en el país, las empresas aumentarían en promedio su plantel de profesionales hasta un 14,3%, lo que implicaría la creación de más de 14.400 nuevos puestos de trabajo registrados. Al mismo tiempo, los empresarios de la industria del software esperan poder crecer en 2019 un 32,4% en pesos (considerando un aumento promedio de precios del 24,1%) y aumentar las exportaciones en un 16,4% en dólares.

Una de las pymes que más proyección tuvieron en los últimos años nació en Jujuy y fue fundada por Pamela Scheurer, una ingeniera que creó Nubimetrics, una plataforma de análisis de comercio online que les provee a los vendedores que usan Mercado Libre toda la información para mejorar sus oportunidades de venta en la plataforma. “Exportamos desde Jujuy a 12 países en América Latina, lo cual representa un 48% de nuestra facturación total, y en los próximos dos años nuestro objetivo es aumentarlo al 80%. Queremos generar trabajo de calidad en el interior y potenciar a todo el NOA”, dice la emprendedora, que para arrancar usó la indemnización de un trabajo, hipotecó su casa y en 2018 facturó 3 millones de dólares. Otras pymes locales de software que están escalando en volumen exportador son Wolox, Lagash (la Argentina es su casa central y representa el 40% de sus ingresos globales; para 2020 proyecta exportar 8 millones de dólares desde aquí), Etermax, Snoop Consulting, entre muchas otras. A estas hay que sumarles micropymes y hasta profesionales independientes, que son muy demandados internacionalmente. Como muestra, sirve el reconocimiento que hace dos meses anunció Coursera, una de las principales plataformas de educación digital: los argentinos fueron rankeados como el mayor talento en tecnología de todo el mundo.

Claro que también en la escena local están los llamados unicornios tech, como Globant, Mercado Libre y Despegar. Globant, empresa de desarrollo de tecnología y transformación digital, exporta el 90% de sus servicios. “El mundo está viviendo dos grandes revoluciones al mismo tiempo: la revolución digital y la cognitiva, que están cambiando la manera en que las organizaciones interactúan con los consumidores. Ambas juntas suponen un mercado de seis mil millones de dólares en los próximos cinco años. Los servicios en general, pero especialmente los Servicios Basados en el Conocimiento, pueden ser uno de los principales motores de empleo del país”, dijo a la nacion revista Martín Migoya, uno de los socios fundadores de Globant. Consultado por sus exportaciones, desde Mercado Libre no revelaron la información. La plataforma de e-commerce ya emplea a 7500 personas (3540 en Argentina) y vale unos 28.450 millones de dólares en la bolsa, lo que la convierte en la empresa argentina mejor cotizada del mundo, con 13 centros de desarrollo en el país.

También firmas internacionales con sedes locales están generando servicios basados en el conocimiento argentino for export. Accenture está a punto de alcanzar los 10.000 empleados en el país. “Más del 50% de lo que producimos se exporta a más de 170 clientes en industrias que abarcan los Servicios Financieros, Recursos Naturales, Consumo Masivo y Telecomunicaciones en 16 países, incluidos Estados Unidos, Canadá, varios países de Europa y América Latina”, describe Flavio Squillacioti, director ejecutivo de Accenture Argentina. Entre los SBC que se exportan están: desarrollo y transferencia de conocimiento en inteligencia de datos, inteligencia artificial, blockchain, realidad inmersiva y seguridad. Microsoft, SAP, RedHat, entre otras, también exportan este tipo de servicios.

IBM Argentina, en tanto, invirtió 15 millones de dólares en 2018 para expandir sus capacidades de innovación digital. En este caso, se amplió su campus de Martínez y se inauguró el Client Center-Centro de Innovación Tecnológica, desde donde se trabaja con inteligencia artificial, servicios de nube, blockchain, seguridad e internet de las cosas. IBM cuenta con equipos locales de Innovación y Desarrollo que trabajan conectados con los 13 laboratorios de IBM en el mundo en la cocreación de nuevas tecnologías. “Un mundo en desarrollo necesita cada vez más servicios basados en el conocimiento y la demanda aumentará. La educación es una pieza clave para el desarrollo de la Argentina. Esta debe ser acompañada de acciones concretas, como la capacidad de revisar y revaluar constantemente lo que enseñamos. En un mundo cada vez más conectado y dinámico surgen nuevos paradigmas, es vital repensar e impulsar también las carreras terciarias”, opina Roberto Alexander, presidente y gerente general de IBM Argentina.

Ley de fomento

Esta semana se aprobó en el Congreso la Ley del Conocimiento, que se presenta como una “continuidad pero mejorada” del proyecto que impulsó Roberto Lavagna cuando era ministro de Néstor Kirchner, y que permitió desarrollar la industria del software. “Apuntamos hacia 2030 a la creación de 215.000 nuevos trabajos, que significa duplicar la cifra actual, y a US$15.000 millones de exportaciones”, explica Mayer.

La nueva ley incluye biotecnología, robótica, inteligencia artificial, impresión 3D, industrias creativas, satélites, y servicios profesionales de exportación. Prevé una baja en el costo laboral y en Ganancias. Busca duplicar el empleo y saltar de los US$6000 millones a US$15.000 millones en exportaciones para 2030. Contempla un mínimo no imponible acelerado para no pagar contribuciones patronales. En cuanto al impuesto a las ganancias, que para el conjunto de las empresas es 30% sobre las utilidades y otro 7% sobre el reparto de dividendos, con el objetivo de estimular que el usufructo no se reparta sino que se reinvierta, en las tecnológicas será de 15% y 13% si se distribuyen utilidades. Además, si se exporta a un país sin convenio de doble imposición, los impuestos que se retienen en ese país de destino se pueden tomar a cuenta de Ganancias. La estabilidad fiscal es otro pilar de la ley, que incluye los derechos de exportación que no podrán subir de los actuales 4 pesos por dólar y se estipula que quienes facturen hasta US$600.000 por año no lo paguen.

Para aplicar a los beneficios de la ley, las empresas deben demostrar que el 70% de la facturación proviene de una de las actividades tecnológicas citadas y tener una certificación de calidad. El 3% de sus ingresos se debe aplicar a la investigación y desarrollo, el 8% a capacitación, y tiene que exportar, como mínimo, un 13%. Según Mayer, las microempresas pueden acceder a los beneficios y cuentan con 3 años para alcanzar los otros requisitos.

Luis Galeazzi es el director ejecutivo de ArgenCon, una entidad que busca promover la exportación de servicios basados en el conocimiento y posicionar a la Argentina como un actor relevante de la industria a nivel mundial. Cuenta con 38 empresas socias que exportan unos 800 millones de dólares en SBC. “Si pensamos a los SBC como una maratón, con la Argentina corremos en el segundo pelotón. Veníamos muy bien hasta 2012, pero vamos perdiendo posiciones, porque otros corren más rápido que nosotros y nos van desplazando. Mantener nuestro ritmo no alcanza, hay que aumentar la velocidad, para eso necesitábamos la ley”. Según Galeazzi, con este incentivo se puede dar trabajo a la totalidad de los actuales egresados universitarios en carreras afines. El sector afronta ahora un inédito impuesto del 12% a la exportación de SBC, que, según el Gobierno, es excepcional por el estado de las cuentas públicas, que se verá limitado a dos años y que excluye a las pymes que facturan hasta 600.000 dólares al año. Para Carmona, de la Cessi, esta ley genera “un Vaca Muerta de la gente”.

Una internacionalización posible

Exportar servicios a otros países conlleva un aprendizaje que muchas empresas comprenden cuando se topan con las primeras barreras en su salida al mundo. Romina Gayá es economista y se especializó en el asesoramiento y análisis de empresas argentinas que exportan SBC. “Los servicios basados en conocimiento tienen la ventaja de que podés ser muy chico, pues hasta un trabajador independiente o freelance puede exportar servicios desde su casa a través de internet. Pero esta facilidad no quita que haya dificultades para pymes y emprendedores para entender las dinámicas y los requerimientos de cada país”, advierte.

Al igual que desde la Secretaría de Pymes y Emprendedores, desde la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional se brinda asesoramiento y herramientas para las empresas que quieran exportar. Por ejemplo, con el programa de internacionalización ayudan a las empresas a abrir oficinas e instalarse en otros países para que puedan expandir sus negocios en nuevos mercados, y se brindan cursos gratuitos para desarrollar capacidades técnicas y de gestión que mejoren su salida al mundo. La plataforma BuyArgentina.gob.ar facilita el acceso a inteligencia comercial y une la oferta exportable de productos y servicios argentinos con importadores y oportunidades de negocio en todo el mundo.

Asoman también nuevos servicios anclados en especializaciones y contextos sociopolíticos locales. Georgina Sticco y Carolina Villanueva son socias desde hace 9 años, y desde su consultora, Grow, trabajan con organizaciones para fomentar una perspectiva de equidad de género en su gestión, productos y servicios. Su trabajo en la Argentina contempla una mirada global de la temática que llamó la atención de organizaciones en Kenia, México, Chile y China, donde empezaron a transferir conocimiento y asesorar desde la experiencia local. También como parte de su plan de exportar el trabajo de las agencias digitales, Interact, la Unión de Agencias Interactivas de Argentina, junto al Interactive Advertising Bureau de Argentina (IAB), entidad que agrupa a las principales empresas de internet y de publicidad digital, organizaron durante abril en Londres el encuentro The 2019 Digital Landscape. La iniciativa forma parte de una apuesta por la internacionalización del trabajo de las agencias, el objetivo de la cámara para este año. “La Argentina tiene muy buen talento, de manera que el crecimiento de todas nuestras compañías va a tener que ver con el hecho de que cuánto más grande sea el mercado donde vamos a competir, mejor. Lo que queremos hacer desde Interact es empujar para que cualquier agencia dentro de la cámara pueda exportar, si quiere. Apostamos en 2019 a jugar muy fuerte para abrir todos esos lazos con el mundo”, explica Gustavo Buchbinder, presidente de Interact.

“Culturalmente, es un país de avanzada, lo que es un enorme diferencial. Hay buenos escritores, diseñadores. Tecnológicamente hay cantidad de empresas que están haciendo camino en el exterior y el nivel de los profesionales es de excelencia”, destacó. Desde las neurociencias hasta el entretenimiento, desde la biotecnología hasta la optimización de procesos, el talento argentino quiere hacerse un lugar definitivo en el mundo con mucho más que granos y bienes tangibles.

Fuente: La Nación

Competencia de egos: quiénes son los que impulsan la conquista del espacio

Por Martina Rua

Artemis es una base lunar formada por cinco domos que dan servicio a una pequeña industria pesada y al turismo espacial. Pasarla bien en la luna es caro, y a muchos jóvenes no les alcanza el dinero para subsistir. Los apartamentos son tan pequeños como cajas, se comparten instalaciones de aseo comunales y se comen unos snacks de algas muy baratos. La pobreza ha persuadido a muchos de armar una comisión criminal: un sabotaje en la superficie lunar. La luna se ha convertido en un campo de batalla para el crimen organizado que persigue una nueva tecnología que podría revolucionar todo el sistema de comunicación de la Tierra.

Esta es la trama de Artemis, la segunda novela de Andy Weir, escritor del bestseller The Martian, que esta vez nos lleva a la luna a espiar a posibles poblaciones futuras y sus conflictos. Mientras la ciencia ficción sigue encontrando en el espacio un lugar fértil para emplazar sus historias, una nueva ola de empresas, científicos e inversionistas predice sociedades interplanetarias y construye un presente prometedor para las próximas tres décadas de exploración y conquista espacial en la que las bases de habitantes permanentes en la luna, subsidiarias de empresas en estaciones espaciales privadas, miles de constelaciones de satélites brindando servicios permanentes o hasta el turismo a Marte salen del terreno de la ficción para ser ciencia.

A mediados de la década del 90, el fin de la Guerra Fría había desinflado a las principales agencias espaciales. Así como la NASA logró poner hombres en la luna, la ex URSS logró los mayores récords de permanencias humanas en el espacio a bordo de sus estaciones espaciales. Pero con el cambio de política contaban con mucho menos presupuesto y por ello debieron abrirse hacia la colaboración con iniciativas privadas. “Las actuales agencias espaciales siempre tendrán su participación en la actividad espacial por más que existan las empresas privadas, ya que por un lado las primeras tienen la experiencia y las segundas tienen recursos para afrontar una nueva actividad espacial en la cual prima la optimización de recursos con los cohetes reutilizables, por ejemplo, ya que los costos corren por su cuenta, en la jerga científica se dice que las compañías privadas están subidas a hombros de gigantes (las agencias espaciales) ya que utilizan su experiencia y la mejoran”, describe Diego Córdova, investigador de historia espacial y vuelos tripulados, periodista y autor del libro Huellas en la luna, que se publicará en abril próximo, a días de que se cumplan los 50 años del programa lunar Apolo 11.

Más que competencia de naciones contra empresas, existen hoy cientos de programas en colaboración entre ambos mundos. La rigurosidad, detalle y planificación a largo plazo de las agencias nacionales se mezcla con la agilidad, la no adversión al fracaso y la ambición de actores privados, generando un escenario de alta ebullición. Por ejemplo, este año Estados Unidos volverá a contar con sus propias naves tripuladas para enviar a sus astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS), algo que no podía hacer desde 2011, cuando la flota de transbordadores de la NASA (integrada por el Discovery, el Atlantis y el Endeavour) fue retirada del servicio activo y sus astronautas, hasta el día de hoy, vuelan a bordo de las naves rusas Soyuz. Ahora volverán al espacio de la mano de SpaceX, con su nave Dragon (la cual ya realizó vuelos no tripulados llevando suministros a la Estación Espacial Internacional) y de Boeing con su nave CST-100 Starliner. “También, para 2024 las principales agencias espaciales (NASA de EE.UU., JAXA de Japón, ESA de Europa, CSA de Canadá y Roskosmos de Rusia) están planificando una nueva estación espacial llamada Deep Space Gateway, que orbitará en torno a la luna, será más pequeña que la actual en órbita terrestre, pero por primera vez un complejo orbital tripulado estará fuera de la órbita terrestre, lo cual será un pequeño paso en la exploración de nuevas tecnologías para los futuros vuelos interplanetarios”, describe Córdova.

La nueva liga espacial

En el mundillo aeroespacial se los conoce como los protagonistas del Newspace, son una coalición de magnates que están corriendo los límites de lo posible en términos de innovación con visiones de trascendencia terrestre. Su esfuerzo colectivo genera una competencia que actúa como un catalizador para el progreso. Un poco por ego, poder y también altruismo, hay un trío de alto perfil que viene conquistando nuevos hitos cada semana, generando una infraestructura y una visión que los trascenderá.

Fue la inspiración para crear al personaje de Tony Starke en Ironman, Elon Musk, el empresario nacido en Sudáfrica comenzó SpaceX en 2002 con US$ 100 millones procedentes de su previa fortuna en PayPal, de la cual fue uno de los fundadores. También, creó Solar City, The Boring Comany, entre otras. La compañía ya ha lanzado casi 70 cohetes y ha obtenido contratos con la NASA, la Fuerza Aérea de EE.UU. y las principales agencias espaciales para colocar satélites en órbita y ayudar a reabastecer a la Estación Espacial Internacional y pronto llevar también tripulaciones allí. Tuvo lanzamientos fallidos, con explosiones y pérdidas multimillonarias, pero también lanzó un auto Tesla (también fundada por Musk) al espacio como parte de su proyecto del cohete Falcon Heavy. Musk, amante de los anuncios grandilocuentes, planea enviar a la gente al espacio en vuelos comerciales. El año pasado, anunció el primer “turista en la luna” de SpaceX, que será el millonario japonés Yusaku Maezawa. Pero un objetivo final es enviar vuelos tripulados a Marte y eventualmente colonizar el planeta rojo.

Tuitero verborrágico, Musk suele soltar primicias y chicanas en 240 caracteres. El 11 de enero último mostró en Twitter el prototipo de su cohete Starship, hasta ese entonces conocido como BFR, con la que espera de podamos viajar a Marte. La foto es tan increíble que lo llevó a aclarar: “Esta es una imagen real, no una representación”. La nave Starship Hooper tiene ocho metros de diámetro, como lo será el futuro cohete, pero es más corto que su versión orbital que se espera para junio. Sus primeros vuelos de prueba suborbitales, que alcanzarán varias decenas de kilómetros en el aire antes de volver a aterrizar en la Tierra, podrían llegar en marzo o en abril. Esa versión se combinará con un potente cohete conocido como Super Heavy. SpaceX ha dicho que el dúo, algún día, podría transportar personas de ciudad a ciudad en la Tierra en muy poco tiempo, así como propulsar a los pasajeros alrededor de la Luna, a la superficie lunar, e incluso a Marte y viceversa. Musk cree que de tener éxito le estará dando a la raza humana la mejor oportunidad de supervivencia en el futuro.

Alguien que conoce bien a Elon Musk es el astronauta Garret Reisman, que por siete años fue el Jefe de Operaciones Espaciales en SpaceX, hasta mayo último. Previamente había sido astronauta en la NASA y hoy continúa como consejero senior de la empresa de Musk y entrena alumnos desde la Universidad de California del Sur. “Como astronauta de la NASA, pude volar en el transbordador espacial y en la estación espacial internacional. Al realizar tres caminatas espaciales, tuve la oportunidad de ver nuestro frágil planeta en su totalidad. En SpaceX fui parte de la nueva vanguardia y ayudé a liderar esta empresa dinámica y altamente innovadora hacia un nuevo futuro comercial en el vuelo espacial humano”, le explica a LA NACIONrevista Reisman, que no duda en que será SpaceX la que llegue primero a la luna y Marte. “Creo que estamos al comienzo de una nueva era dorada de la exploración espacial. Uno de los aspectos más visibles será el turismo espacial y la otra característica definitoria será que los humanos abandonen la órbita terrestre baja por primera vez desde principios de los años setenta”, dice.

El multimillonario inglés Sir Richard Branson ha estado persiguiendo el turismo de vuelos espaciales desde 2004 con Virgin Galactic, cuando logró el primer vuelo suborbital superando los 100 kilómetros con un piloto comercial. Cuenta ya con 600 personas preinscriptas dispuestas a pagar un ticket de 250.000 dólares para hacer turismo por el espacio. En diciembre pasado, luego de un vuelo exitoso con su nave Unity, que llegó a una latitud de 83 kilómetros, cerca de la cuarta capa de la atmósfera (los vuelos comerciales vuelan a 12 kilómetros, aproximadamente) declaró que él mismo lo tomará este año para luego abrir la experiencia a los turistas que quieran transformarse en astronautas, al menos por un rato. Todavía lucha con el fantasma de inseguridad que dejó un intento fallido en 2014, que se cobró la vida de un copiloto.

Como si ser el hombre más rico del planeta y el fundador de la empresa más importante no lo tuviera ocupado, Jeff Bezos también se subió a la conquista de las estrellas. Una compañía menos publicitada que Amazon que tiene el rey del comercio electrónico es Blue Origin, que busca sobresalir en la industria espacial con transporte a Marte, satélites orbitales y vuelos espaciales humanos. Bezos, distinto de Musk, prefiere dar pasos firmes, pero sin grandes anuncios. Desde 2016, ha vendido US$ 1000 millones de sus acciones de Amazon cada año para poder mantener la empresa en activo. Su objetivo, como el de SpaceX, es reducir el costo de los viajes espaciales produciendo cohetes reutilizables. En el pasado, los cohetes se descartaban después de un solo lanzamiento. También está preparando el envío de turistas espaciales en un vuelo suborbital, con boletos que podrían costar unos US$ 300.000 por persona. Bezos tiene ambiciones de formar una sociedad con la NASA para probar la posibilidad de asentamientos humanos permanentes en la Luna.

Otro jugador de peso en la empresa Boeing, que junto con SpaceX trabaja en naves que puedan llevar tripulaciones a la ISS muy pronto. La astronauta Kavya Manyapu es parte del equipo de desarrollo de la nave espacial Starliner y los trajes espaciales para ir a Marte. Consultada por el ambiente de ultracompetitividad y el estrés que una industria así genera, Manyapu asegura que no es un problema. “La carrera por la conquista del espacio para mí es mucho más que exploración espacial, significa evolución humana. Mi sueño es poder ir al espacio y me estoy formando como astronauta para lograrlo. Aunque es una industria ultracompetitiva, es una comunidad muy reducida y para nosotros es un sueño hecho realidad estar trabajando aquí, por lo que, si bien existe el estrés, todo lo que hay que lograr es por el bien general y esa trascendencia es lo que me motiva a trabajar”, explica a LA NACION revista desde la base de Boeing en California.

De acá en más

Todos estos avances colosales se explican también con el desarrollo tecnológico logrado en los últimos años en muchas direcciones como la obtención de nuevos materiales compuestos y miniaturización de la electrónica y que estén al alcance de un gran sector de la sociedad. “Sin duda observaremos grandes (en cuanto al número) constelaciones de satélites muy pequeños, los cuales trabajarán en conjunto a fin de observar nuestro planeta. De esta manera tendremos información precisa y en tiempo real para encontrar soluciones a problemas medioambientales, de logística, comunicaciones, desarrollo urbano y actividad agropecuaria, entre otras”, describe Diego Bagú. Otra industria que florece además de las empresas de cohetes lanzadores es la satelital, que cuenta con un jugador argentino de peso.

La compañía argentina de microsatélites Satellogic, dedicada a la analítica geoespacial, firmó un acuerdo de servicios para lanzamientos múltiples con China Great Wall Industry Corporation (CGWIC). Llevará al espacio 90 microsatélites de la empresa desde su base en Taiyuán. El primer lanzamiento –planificado para el último cuatrimestre del año en un cohete Long March 6 (LM-6)–, pondrá 13 nuevos dispositivos en órbita. La flota formará una constelación para la observación de la Tierra que tendrá la capacidad de proporcionar semanalmente imágenes de un metro de resolución de todo el planeta, reduciendo drásticamente el costo de los servicios de análisis geoespacial de alta frecuencia. Así opina Emiliano Kargieman, fundador de Satellogic, sobre el presente exploratorio: “Estamos pasando un momento de transformación importante en lo que son las cadenas de valor de la industria aeroespacial y redefiniendo donde se invierte más en investigación y desarrollo. Los últimos 12 años han cambiado el juego. No solo las ya líderes como SpaceX, también pequeñas como Satellogic y otras tantas que estamos trabajando en una generación de satélites más baratos, pequeños, livianos y formar constelaciones para dar servicios de observación de la Tierra y también comunicaciones”, dice.

Las constelaciones de microsatélites tienen un sinfín de usos y permiten mirar a la Tierra en tiempo real desde el espacio. Por ejemplo, comunicaciones para internet de alta velocidad, análisis de señales, servicios para la industria del agro y el petróleo. “Hasta hace muy poco, esto era una locura; ahora hay decenas de empresas que nacen para ocupar todas las posibilidades que se abren con el geoanálisis de orbita baja”.

El nuevo escenario es prometedor y eso hace que nadie quiera quedarse afuera. Son muchos los países más allá de los EE.UU. que se anotan en la conquista del espacio. Por ejemplo, el Sheikh Mohammed bin Rashid al Maktoum, vicepresidente y primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos. Su imperio se basa en la riqueza del petróleo y Maktoum quiere diversificar el PBI de su país, y el sector de ciencia y tecnología es una prioridad. El proyecto, conocido como Mars 2117, incorpora muchas de las tecnologías de investigación y conceptuales más importantes del mundo. Una inversión de US$ 380 millones en Virgin Galactic le otorga una participación del 38 por ciento de la compañía de exploración espacial. El mandatario declaró recientemente en el diario LA Times que la primera misión a Marte será “enviar una sonda meteorológica no tripulada llamada Hope a Marte a tiempo para celebrar el 50 aniversario de la nación, en 2021”.

Mientras la exploración privada avanza, también muchos países anuncian la creación de sus agencias espaciales de cara a un futuro humano interplanetario, como Australia, que anunció planes para lanzar su agencia espacial, como también varios países de Africa como Africa del Sur, Nigeria, Kenia y Etiopía. Del ámbito privado, la startup japonesa Momo lanzó su primer cohete comercial construido por Interstellar Technologies. India prepara su primer cohete comercial mientras que en 2017 logró enviar 104 satélites a la vez en un solo cohete. ¿Y China? “Su aparición tardía como potencia espacial capaz de enviar naves tripuladas contrasta con los pasos agigantados que da, ya que fue capaz de colocar pequeñas estaciones espaciales tripuladas y este año dio un gran avance logístico y tecnológico al hacer alunizar, por primera vez en la historia, una nave no tripulada en la cara oculta de la luna, con vehículo rodado incluido. El programa chino pertenece íntegramente a su esfera militar y eso hace que dicho programa sea de interés estratégico para su nación, más allá de la exploración espacial y resultados logrados. Fuera del ámbito privado, hizo su aparición la India, la cual cuenta con su propia agencia espacial y sigue adelante en el desarrollo de su propia nave tripulada, llamada Gaganyaan, con la firme promesa de realizar su primer vuelo en 2022.

Bagú, del Planetario de La Plata, opina que China ha mantenido una política coherente e ininterrumpida en cuanto a su programa espacial. “Y lo significativo es que ha logrado importantísimos resultados a lo largo de muy pocos años. Pero, además, ha colocado ya dos estaciones espaciales en órbita terrestre y ha alunizado en dos oportunidades, sin duda alguna, en pocos años veremos flamear la bandera del país oriental en la superficie selenita”, explica.

La nueva exploración espacial se abocará también en la utilización de recursos del espacio, la posibilidad de producir combustible para cohetes en alguno de los asteroides y de reutilizar el agua que se está encontrando, también en montar más infraestrucutura en órbita baja para observación y nuevos servicios de comunicaciones. “Vamos a ver las primeras estaciones privadas, no ya no solo de gobiernos, sino también de empresas para desarrollar, por ejemplo, drogas que en microgravedad tiene algunas ventajas y fibras para comunicaciones, eventualmente también se usarán para turismo espacial”, describe Kargieman. En una segunda etapa, un avance en minería de asteroides, ricos en minerales y difíciles de encontrar en la Tierra, además de generación de energia solar (en el espacio tienen 10 veces mejor eficiencia y lugares sin sombra, para recolectar energia de manera eficiente).

También es esperable que los costos de lanzamientos en las proximas décadas bajen mucho y todo esto impulse más y más inversiones. ¿Podrán los chicos nacidos este año gozar de las facilidades interplanetarias? “Al menos un porcentaje de los chicos que nazcan hoy van a tener la posibilidad de pasar una temporada de trabajo en la luna o marte, y, por ejemplo, poder hacer investigación en el espacio. Mi hija Asia tiene 2 años y uno de mis objetivos personales es llevarla a conocer la luna en unos 20 años, y me lo tomo muy en serio”, cierra.

Los desafíos de asentar comunidades en la luna y Marte no son solo tecnológicos, quizás los más débiles eslabones en la cadena de exploración están ligados a investigar cómo serán las consecuencias de la vida y permanencia a largo plazo y la posibilidad (o no) de que generaciones de seres humanos puedan nacer allí. Aunque hay cautela a la hora de marcar fechas para los próximos hitos, la luna será la primera en la próxima década, o dos, y luego Marte. Luego de todas esas conquistas, seguro llegará la hora para otra nueva era de expansión espacial.”Somos generaciones privilegiadas. Aquellas que verán el regreso del hombre a la luna y del primer y tan ansiado viaje a Marte. Estamos viviendo ese antes y después en la conquista del espacio. Y ahora sí, será para establecernos para siempre y convertirnos en una especie interplanetaria”, cierra Bagú.

Fuente: La Nación

Ya es posible “teletransportarse” al Camp Nou a través de la realidad inmersiva con 5G

Por Martina Rua

BARCELONA.- Un casco de realidad virtual , cámaras 360 yconectividad de red 5G son los ingredientes necesarios para lograr algo muy parecido a la teletransportación. El proyecto se llama 5GStadium-Realidad Inmersiva para deportes, busca permitir que los espectadores puedan sentir que están en el campo de juego aunque no estén físicamente ahí, y se enmarca dentro de una iniciativa llamada 5G Barcelona para consolidar a la ciudad como un referente en el despliegue de esta tecnología.

En el MWC 2019 que se desarrolla en esta ciudad hasta el jueves, la alianza anunciada por Telefónica y el FC Barcelona convirtieron al Campo Nou en el primer estadio de Europa con cobertura 5G dedicada. “La conectividad es el oxígeno del mundo digital en el que estamos inmersos, y las nuevas capacidades de la red 5G permiten esta nueva generación de servicios. Asistir en directo a un partido de fútbol de primer nivel mundial es un privilegio que no todos pueden disfrutar, y este proyecto nos permite ofrecer la posibilidad de vivir eventos deportivos de esta magnitud”, remarcó en la presentación Emilio Gayo, presidente de Telefónica España.

Las redes 5G comenzarán a operar este año en varios países; ofrece más ancho de banda y menor latencia (demora) en la transmisión de los contenidos y puede llegar a ser unas 10 u 11 veces más veloz que una transmisión por redes 4G.

Este tipo de transmisiones ya se realizan desde algunos estadios de básquet en la NBA y crecerán para eventos deportivos y recitales en todo el mundo, permitiendo explorar nuevas formas, más inmersivas, de disfrutar de los acontecimientos deportivos desde casa como si estuvieras en el estadio.

El usuario se coloca un casco de realidad virtual que le permite mirar a su alrededor y ver desde todos los ángulos el campo de juego y a los jugadores, como si estuviera físicamente allí, y sin demora en la transmisión, que se hace en vivo y en directo.

El despliegue, que está en su etapa de prueba, le da al Camp Nou una cobertura permanente 5G en las tribunas y en el terreno de juego, usando la banda comercial de la empresa Telefónica y una red de Ericsson.

En el stand de Telefónica en la feria se pudieron experimentar imágenes en directo desde el Camp Nou, así como contenidos exclusivos del entrenamiento del primer equipo en el estadio de la Ciutat Esportiva Joan Gamper, y un tour virtual en el estadio. Con unas gafas o casco de realidad virtual, el espectador puede ver el partido desde la tribuna, junto a al arquero, cerca de los bancos suplentes o escoger el punto de vista que quiera en cada momento, viendo y oyendo el encuentro como si estuviese en el campo.

Más ancho de banda y menor latencia

Los grandes estadios de fútbol se están convirtiendo en los últimos años en un lugar donde las nuevas tecnologías juegan un papel clave en la captura y retransmisión de las experiencias deportivas: cablecams (esas cámaras que sobrevuelan el pasto colgadas de cables), cámaras en grúas, drones, coberturas móviles reforzadas y streaming de contenidos exclusivos son algunas de las innovaciones que enriquecen la experiencia de la televisión, y que el 5G amplificará gracias al alto ancho de banda de subida una menor latencia (lo que permite transmitir video de altísima calidad sin que haya demora entre lo que está sucediendo y lo que se ve en pantalla) y el Edge Computing, lo que a su vez permite flexibilidad a la hora de colocar cámaras de 360 grados sin necesidad de preocuparse de las comunicaciones cableadas.

La tecnología 5G facilita subir video de entre 30 Mbps y hasta 200 Mbps; video de 360 grados en resolución 4K, mientras que un servidor de streaming colocado en el borde de la red móvil más cercano a los usuarios consigue que múltiples espectadores con gafas de realidad virtual puedan sumergirse en la mejor experiencia que hoy en día existe para disfrutar de un espectáculo deportivo desde un dispositivo móvil.

Fuente: La Nación

Por qué estoy viendo esto: la herramienta de Facebook para hacer transparente su algoritmo

Por Martina Rua

Aportar transparencia y recuperar la confianza de la industria es importante para Facebook, luego de un 2018 en el que afrontó numerosos escándalos relacionados al manejo de la información de sus usuarios y a la proliferación de noticias falsas que se comparten en ocasiones en la red social.

Para esto lanza una herramienta en la que se podrá ver en detalle de las razones por las que la red muestra determinada publicación entre las noticias que verá un usuario. Es la primera vez que la plataforma de Zuckerberg brinda herramientas para entender cómo funciona su algoritmo de selección, qué contenidos prioriza por sobre otros; además anunció mejoras en su opción para conocer los detalles de quiénes publicitan en la red.

La herramienta se llama “¿Por qué estoy viendo esta publicación?” ( Why Am I Seeing This?) y el lanzamiento en la Argentina se da en un año en el que es esperable que aumente la circulación de todo tipo de noticias, aviso y publicaciones en el contexto de las elecciones presidenciales de octubre; si bien es una anuncio global, nuestro país será uno de los primeros mercados en tener disponible la herramienta en el mes de mayo.”La gente nos dijo que la transparencia en los algoritmos no era suficiente: querían poder tomar medidas, por lo que hemos facilitado la administración de lo que se puede ver en el Feed desde esta función”, explica Ramya Sethuraman, gerente de producto.

Esto significa que las personas podrán tocar/cliquear las publicaciones y anuncios en la lista de noticias, obtener contexto sobre por qué aparecen allí y tener la posibilidad de personalizar aún más lo que ven. Específicamente, las personas podrán ver por qué están viendo una publicación determinada, es decir, por qué Facebook eligió mostrarla. Por ejemplo, si la publicación es de un contacto (“amigo”), un grupo al que se unió o de una página visitada.

También podrá entender qué información generalmente tiene la mayor influencia sobre el orden en que se muestran las publicaciones, incluyendo la frecuencia con la que se interactúa con las publicaciones de las personas, Páginas o Grupos, y con qué frecuencia se interactúa con un tipo específico de publicación (videos, fotos o enlaces); y la popularidad de las publicaciones compartidas por las personas, las Páginas y los Grupos. Finalmente se brindarán accesos directos a los controles como Ver primero, Dejar de seguir, Preferencias de News Feed y Accesos directos de privacidad, para personalizar mejor la sección de novedades.

Dar contexto a las publicidades

Además, Facebook anunció una mejora de su opción “¿Por qué estoy viendo este anuncio?”, una herramienta que existe en la red desde hace cuatro años, para que el usuario pueda conocer la razón por la que ve ciertos avisos publicitarios.”Desde que lanzamos esta función las personas han podido ver cómo ciertos factores, tales como los detalles demográficos básicos, los intereses, y las visitas a los sitios web contribuyen a los anuncios en su News Feed. Ahora incluiremos detalles adicionales sobre esos anuncios que ven cuando la información en la lista de un anunciante coincide con su perfil de Facebook”, describe Sethuraman.

Las empresas pueden llegar a sus clientes cargando información que ya tienen, como correos electrónicos o números de teléfono. Luego el algoritmo de Facebook hace coincidir el anuncio con la audiencia más relevante, aseguran, sin revelar ninguna información identificable al negocio. Entre los detalles adicionales que se mostrarán a partir de este anuncio, por ejemplo se podrá saber cuándo es que el anunciante subió la información o si el anunciante trabajó con otro socio de marketing para publicar el anuncio.

Aunque todavía no las ha anunciado, Facebook ya trabaja en otras herramientas que buscan apoyar, por ejemplo, períodos electorales como el que toca este año en el país, relacionadas a controlar las informaciones erróneas y malintencionadas y dotar al usuario de opciones para combatirlas.

Fuente: La Nación

CES 2019: televisores modulares y pantallas enormes, la apuesta de Samsung este año

AS VEGAS.- En la antesala de CES 2019 , Samsung reunió a la prensa global para adelantarle sus lanzamientos que se podrán ver este año para la principal feria de tecnología del mundo, que comienza este martes y termina este viernes en la ciudad. Además de anunciar la integración con la oferta de contenidos de Apple (iTunes) en sus Smart TVen más de cien países, los nuevos diseños de televisores de Samsung incorporan la tecnología MicroLED modular, que facilitan la personalización de la TV a los gustos del usuario. Con esta tecnología se presentó una nueva pantalla de 75? y una renovación del modelo The Wall, presentado el año pasado, pero de 219 pulgadas (sí, doscientas diecinueve pulgadas).

La tecnología MicroLED se basa en la combinación de placas con millones de chips LED inorgánicos, de duración ilimitada, que emiten su propia luz sin necesidad de iluminación trasera, lo que permite crear pantallas muy delgadas. De hecho, el modelo es extremadamente fino y tiene marcos prácticamente imperceptibles. Las imágenes producidas por MicroLED tienen una calidad similar a la de OLED, con la diferencia de que OLED usa componentes orgánicos y, por tanto, perecederos.

El concepto que se persigue es que el usuario pueda adaptar su televisor de todas las formas que quiera de acuerdo al momento de uso: elegir el tamaño, la resolución, el ratio de la pantalla (más alargada, más vertical) y hasta cómo experimenta una pantalla con bordes imperceptibles; por eso se pueden combinar. Estas pantallas de TV están compuestas por módulos individuales de MicroLED, con millones de luces LED microscópicas rojas, verdes y azules, para producir colores brillantes en la pantalla y ofrecer una alta calidad de imagen.

Gracias a los avances técnicos en el proceso de empaquetado de semiconductores ultrafinos desde el año pasado la compañía pudo crear una pantalla MicroLED 4K en un formato más pequeño de 75?, según dicen, más adecuado para los espacios que se tienen en el hogar. En resumen, promete que los usuarios creen en el futuro la pantalla bajo sus necesidades espaciales, estéticas y funcionales. Durante la presentación se mostró la simplicidad con la que se agregan o quitan paneles y la facilidad con la que se enciende en pocos segundos los módulos agregados.

98 pulgadas de pantalla

También se presentó un nuevo modelo de QLED 8K de 98″, el más grande hasta el momento fabricado por la compañía, que se suma a los modelos de 65″, 75″, 82″ y 85″. Ya sea que un espectador esté viendo contenido a través de un servicio de streaming, decodificador, HDMI, USB o incluso duplicación de pantalla móvil, la tecnología patentada basada en inteligencia artificial promete reconocer y elevar cualquier contenido, independientemente de la resolución nativa, a una calidad cercana a los 8K.

Con un algoritmo de inteligencia artificial mejorado que aprovecha los servicios de suscripción, el contenido favorito y los hábitos televisivos del usuario, la Guía Universal promete que será más fácil para los usuarios encontrar el espectáculo perfecto para ellos. Los usuarios también tienen más opciones para encontrar y controlar fácilmente su contenido favorito solo con la voz usando el nuevo agente inteligente Bixby y el AI Remote, e incluso con otras formas de controlar sus televisores Samsung a través de Amazon Echo y Google Home.

Un monitor con brazo regulable

También hubo varias novedades en monitores tanto para el uso en la oficina u hogareño como para los amantes de los juegos. El SpaceMonitor busca agregar espacio en el escritorio y ayudar al usuario en su postura frente a la pantalla mediante un brazo integrado, que se sujeta al borde del escritorio, y permite mover al monitor hacia la pared hasta parecer un cuadro, o bajarlo al escritorio y modular su inclinación de acuerdo a la tarea que se necesite realizar. Tiene ajuste ergonómico y un sistema de organización de cables que los esconde dentro del brazo.

Fuente: La Nación

Diez claves para incrementar la productividad en el trabajo y en la vida

Administrar el tiempo es uno de los grandes desafíos para las personas; entre las recomendaciones de diferentes autores están las de saber aprovechar cada momento del día según su particularidad, fingir deadlines y establecer espacios de pausa

Con más de 88.000 millones de dólares a su nombre, no hay mucho que Warren Buffet no pueda comprar. Pero hay algo para lo cual su fortuna no le sirve de nada, y bien lo sabe este CEO de 88 años y presidente de Berkshire Hathaway: tener más tiempo. En una entrevista en la que el presentador Charlie Rose le preguntó a Bill Gates qué había aprendido de Buffet, el fundador de Microsoft no dudó al responder. “Recuerdo cuando Warren me mostró su calendario en su agenda de papel. Había muchos días sin nada en él; yo tenía lleno cada minuto del día. Y entendí que sin ese tiempo no podés pensar o leer, que son cosas importantes que necesitan un espacio físico en tu día”, contó.

Y no son los únicos que piensan en este tema. Aunque contamos con las mismas 24 horas por día que los antiguos egipcios, la preocupación por el manejo del tiempo crece junto con la complejidad de organización de las sociedades del mundo. Que el tiempo alcance, que sea de buena calidad y hasta que su uso nos haga felices rankean alto en las listas de deseos de Año Nuevo. Esto explica el boom del crecimiento de podcasts, libros, newsletters y gurús globales listos para calmar nuestras ansias de foco y de balance entre trabajo y vida personal. A continuación, algunas de las más recientes recomendaciones publicadas, basadas en la economía del comportamiento, para una buena gestión de los minutos.

1. Conocé el patrón oculto en un día

Daniel Pink, autor de Drive (2009), libro que explora las motivaciones sobre por qué hacemos lo que hacemos, acaba de publicar Cuándo (Paidós, 2018), un escrito en el que desnuda la importancia de elegir el momento correcto para hacer cada cosa. ¿Da lo mismo hacer lo que hacemos en un momento o en otro? Pues no, de hecho el cuándo puede definir el éxito o el fracaso. Nuestras capacidades cognitivas no se mantienen iguales en todos los momentos del día, sino que fluctúan. Respondemos a un reloj biológico: un núcleo de aproximadamente 20.000 células del tamaño de un grano de arroz, que están en el hipotálamo, en la parte central inferior del cerebro. Ese núcleo controla el aumento y la disminución de la temperatura corporal, regula las hormonas, nos ayuda a dormir y a despertar.

Nuestro Big Ben interno, explica Pink, utiliza marcas sociales como el horario de la oficina y señales medioambientales como el amanecer y anochecer, para hacer pequeños ajustes que logran que los ciclos internos y externos tengan una mayor sincronía. Los patrones no son idénticos en cada persona y usar tiempo en conocer nuestros ciclos nos da información valiosa para elegir cuándo hacer o no hacer.

2. Aprendé de tu pico, valle y recuperación

Los sociólogos Michael Macy y Scott Golder, de la Universidad Cornell, analizaron en 2017 más de 500 millones de tuits emitidos por 2,4 millones de usuarios de 84 países durante dos años. Entre otros hallazgos, descubrieron un patrón constante en las horas en las que la gente se despertaba: un efecto positivo (expresado en el lenguaje) que crecía toda la mañana, se desplomaba por la tarde y remontaba al anochecer. Que el origen del usuario fuera asiático, musulmán o argentino daba igual. Todos presentaban un pico, un valle y una recuperación. Nuestro reloj interno funciona sobre ritmos, llamados circadianos, que establecen nuestra base rítmica.

También el método de reconstrucción del día (MRD) permite entender cómo se sienten las personas a partir de su relato del día anterior. En 2006 se le pidió a 900 mujeres estadounidenses que pensaran su día vivido por bloques de 15 minutos y dijeran cómo se habían sentido. Otra vez, el patrón descubierto fue bimodal, fuerte y constante. El efecto positivo subía a la mañana hasta alcanzar su punto más alto al mediodía, se desplomaba por la tarde y se elevaba en las primeras horas de la noche.

3. Santa mañana, ¿pantanosa tarde?

Parecería, a la luz de los resultados, que solo las primeras horas del día son las óptimas para hacer cosas. Pero, ¿es así para todo? Pink despliega decenas de papers para mostrar el momento del día ideal para cada cosa. Por ejemplo, los llamados de negocios, ya sea con inversionistas o que impliquen grandes tomas de decisiones dan mejores resultados por las mañanas.

De hecho, toda tarea analítica que requiera capacidad de foco y deducción funciona mejor hasta el mediodía. Otro ejemplo contundente surge del estudio de las notas de exámenes de estudiantes daneses. Hacer los exámenes en horas más tardías derivaba en notas más bajas, similares a tener padres con niveles de ingresos menores o a perder dos semanas de un año escolar. Lo mismo vale para los errores en las guardias hospitalarias: eviten las tardes.

Sin embargo, para ponernos creativos, es mejor menos vigilancia y menos inhibiciones, y eso ocurre por la tarde. Se lo llama la “paradoja de la inspiración”: la idea es que la innovación y la creatividad son mayores en nuestros “valles”.

4. Plan diario: subrayá, enfocá, evaluá, energizá

Listo. Una vez que conocemos nuestro ritmo y la importancia del “cuándo” hacer las cosas, es momento de hacerlas.

En su nuevo libro Make Time (Currency, 2018), los escritores creadores del newsletter Time Dorks y exgoogleros Jake Knapp y John Zeratsky, presentan un método diario para alcanzar las metas y mantener el foco. En inglés es:Highlight, Laser, Reflect, Energize. Y aunque suena complejo, es posible que muchas personas ya lo estén implementando, al menos en parte. Para elegir el higlight del día a conquistar, podemos hacernos tres preguntas basadas en urgencia, satisfacción y alegría o gozo. ¿Cuál es el pendiente que más presión me genera? Al final del día, ¿qué pendiente me generará más satisfacción haber terminado? Cuando reflexione sobre el día, ¿qué me dará más alegría haber hecho? Luego habrá que lograr el foco, evaluar el día vivido y energizar mediante alimentación, ejercicio y descanso.

5. Cráteres de tiempo y piletas sin fondo

Lograr foco y evitar las distracciones es uno de los más grandes desafíos que tenemos en este entorno de conexión instantánea. Para lograrlo, Knapp y Zeratsky proponen mantenernos alejados de las piletas sin fondo. ¿Cuáles son? Usar la mañana para hacer un check list de lo que hay que hacer (mejor hacer eso la noche anterior). Alejarnos de las “criptonitas” (cada uno sabe cuál es su debilidad: Facebook, jueguitos), evitar mirar las noticias, volar sin wifi, cerrar las pestañas de la computadora, ponerle un timer al tiempo de conexión o, si es necesario, apagar internet.

Un cráter de tiempo funciona así: escribimos un tuit ingenioso o posteamos una foto en Instagram que nos lleva unos dos minutos, pero volvemos toda la próxima hora para chequear qué tanto gustó nuestro pedido de atención virtual. Cada vez que lo hacemos quedamos atrapados por otros tuits o fotos y perdemos la siguiente media hora. Como nuestro tuit recibe varios retuits y likes, eso se siente bien y es el empujón que nos lleva a volver a publicar y a caer en un cráter de tiempo.

6. Mapa del día versus lista de pendientes

Adela Schicker es la cofundadora del instituto Procrastination.com, que ayuda a personas y empresas a hacer foco y alcanzar su máximo potencial. Hace tres meses publicó The End of Procrastination (St. Marys Essentials, 2018) con decenas de técnicas para no demorar las obligaciones. Una de las novedades que propone frente a los abordajes tradicionales para cumplir con los pendientes, es la idea de pensar en mapas de cosas para hacer, en lugar de listas.

Aunque a muchas personas le funcionan las listas, a otras, por el contrario, las paralizan. La propuesta de Schiker es dibujar un mapa visual con las tareas de hoy. Volcarlas sin un orden premeditado a medida que aparecen, intentar que no requieran más de 30 minutos o una hora, colorearlas según prioridad, fijar un recorrido y ponderarles un momento del día a cada una. Según la autora, se logra que sean más tangibles, visualmente más simples y que limpien la cabeza. ¿Los peligros? Sobreestimar las capacidades y estimar mal los tiempos.

7. Manejá el interruptor interno

A veces los pendientes son muchos, los problemas se empiezan a apilar y las cosas no salen como queremos. Entonces, la emoción que prima es de angustia, enojo, ira. Aunque no podemos controlar algunos escenarios externos y el sentimiento que nos producen, sí podemos elegir qué hacemos con eso que sentimos.

Adela Schiker recuerda en su libro la teoría del psiquiatra Viktor Krankl sobre la libertad que tenemos las personas para responder a los estímulos que nos rodean. Frankl, sobreviviente de Auschwitz, lo hizo carne. Manejó su “interruptor interno” para sobrevivir al horror más extremo. Una técnica para lograrlo es proveniente del Mindfullness y se llama STOP.

Ante un sentimiento primero, frenar e identificar qué sensaciones y pensamientos nos dispara. Luego, dirigir toda la atención a nuestra respiración, observar nuestro cuerpo y su alrededor, y proceder con nuevas respuestas distintas a las que hubiéramos dado automáticamente.

8. Fingí un deadline hasta que se haga real

Nada más molesto y apremiante que una fecha límite para entregar un trabajo. Los “hijos del rigor” lo sabemos. Sofocantes, pero tan necesarios, los deadlines obligan a hacer foco real para resolver los pendientes. Pero trabajar con deadlines muchas veces deja una sensación de que se podría haber hecho mejor, sin sufrir tanto el camino y con más disfrute.

Para eso, una buena idea es crear un falso deadline y creer -sí, creer- que es el único y verdadero plazo final. Algunos ejemplos: los autores de Make Time recomiendan agendar una carrera de 5 kilómetros en un mes si se quiere empezar a correr hoy, invitar a unos amigos a comer a casa antes de aprender a hacer la receta prometida o, simplemente, agendar que la entrega final es el miércoles, aunque en realidad sea el lunes siguiente. Funcionamos adquiriendo hábitos y, entonces, estos falsos límites nos impulsan a avanzar.

9. Descansos de la vigilancia

Un oasis de tiempo y energía, casi tan subestimado como el de la importancia de dormir bien, es tomar descansos y pausas entre trabajos. En su libro Cuándo, Daniel Pink describe su experiencia en un quirófano en la Universidad de Michigan. Allí, antes de cada cirugía se toman dos pausas que han disminuido las imprecisiones adentro de la sala de operaciones. Cuando están todos los profesionales alrededor del paciente (que necesita una reconstrucción de mandíbula urgente), todos hacen silencio. Comienza la pausa de verificación antes de la anestesia: uno a uno se presentan, corroboran que el paciente, el procedimiento y el consentimiento estén alineados. Luego repasan estudios anteriores y alergias, y prosiguen con la anestesia. Otra pausa igual se hace antes de comenzar con la primera incisión. Dos pausas que han casi eliminado todos los errores humanos del quirófano de Michigan. Frenar, repasar y luego trabajar mejora nuestras resultados.

10. Sincronizar con el entorno

Aun conociendo nuestros ritmos y domando nuestras distracciones, picos y valles, todavía queda una conquista importante: que esto funcione al trabajar con otros. Somos seres sociales y la mayoría de nuestras actividades requieren de una sincronización de modos, tiempos y personalidades que no siempre es fácil de conquistar.

Algunos datos alentadores: entablar relaciones fuertes nos alarga, literalmente, la vida. Roy Baumeister y Mark Leary, dos psicólogos sociales, formularon la “hipótesis de la pertenencia” y demostraron cómo esta moldea profundamente nuestros pensamientos y emociones. Su ausencia provoca efectos nocivos y su presencia, salud y satisfacción.

Pasar tiempo con nuestras “tribus” nos da sentido. Para lograrlo, cierra Pink, hay que desarrollar códigos comunes y sincronizar con el físico, pero también con el corazón.

Fuente: La Nación